A ritmo de salsa, emulando el mito cinematográfico de Rocky y con bailes -muchos bailes-, los políticos venezolanos han dado el salto a Tiktok en busca del voto más joven, el que les resulta más esquivo, en un país donde la comunicación ha pasado hace tiempo a las redes.
El reto para la clase política, mayoritariamente alejada de la edad de los consumidores de TikTok es enorme y no pasa desapercibida. El primero, tal vez el más complejo para muchos, es constreñir sus mensajes, frecuentemente difuminados en discursos de largas horas, en videos cortos, tal y como mandan los cánones de la nueva red social.
Son un grupo de políticos mayores, algunos muy mayores, buscando el voto de un grupo de ciudadanos jóvenes, muchos muy jóvenes, que ven como quienes podrían ser sus abuelos buscan su apoyo. Un sonrojo casi garantizado.
PISTOLETAZO DE SALIDA A RITMO DE CINE
Las elecciones locales y regionales serán el 21 de noviembre, pero la campaña comenzó mucho antes en un país que vive eternamente buscando votos. El precandidato opositor para Caracas, que finalmente se apartó de la carrera, Carlos Prosperi fue el encargado de inaugurar en TikTok la seducción de los más jóvenes.
Como Sylvester Stallone, pero notablemente más delgado, grabó su primer vídeo al ritmo de Eye of The Tiger corriendo escaleras arriba en el caraqueño parque Ezequiel Zamora, conocido popularmente como El Calvario, buen ejemplo de lo que quedaba por delante.
La oposición, que acude por primera vez a las urnas desde 2017, lo hace fracturada, y la mejor muestra de ese quiebre se vive en el céntrico estado Miranda, que alberga buena parte de Caracas.
Dos candidatos, Carlos Ocariz -apoyado por el dos veces aspirante presidencial Henrique Capriles- y David Uzcátegui -con el respaldo de varios alcaldes del área metropolitana de Caracas- han protagonizado severos desencuentros por capitalizar el voto opositor.
Mientras su rival chavista, Héctor Rodríguez, se frota las manos, ellos han traspasado tímidamente la disputa a las redes sociales.
Por ahora, en TikTok gana Ocariz, no tanto por el número de seguidores o vídeos, todavía muy modesto, sino por el número de reproducciones de sus publicaciones que rozan los 3.000.
La música es la base de un Ocariz al que no se le ve particularmente diestro en el baile. Al ritmo de «Ojalá que llueva café», de Juan Luis Guerra, participó en un acto en la popular barriada de Petare repartiendo esa bebida. Eso sí, sin mover la cadera.
Es un inicio modesto, pero el candidato comienza a moverse en esta red. Al ritmo de la salsa y con serios problemas para recordar la letra, también se grabó cantando y bailando. El verdadero «hit» de los políticos venezolanos.
Uzcátegui, su contraparte, todavía no se ha lanzado al ruedo de TikTok aunque cuente con su propio perfil, pero su amiga y actriz Dora Mazzone le llevó de la mano para dar el salto con un vídeo en pareja en el que, muy sonriente, recibió sus primeros apoyos tiktokeros.
EL CHAVISMO LLEVA DOS CUERPOS DE VENTAJA
«Redes, medios y paredes» es la nueva estrategia dictada por el presidente Nicolás Maduro a sus seguidores, sabedor de que en los medios tradicionales los venezolanos no buscan información y, por tanto, el mensaje que trata de enviar queda limitado.
El mandatario cuenta ya con 264.600 seguidores en esa red social, a la que se refiere con frecuencia en sus alocuciones. No solo es el más popular de los políticos venezolanos, sino que sus vídeos son más adaptados a las formas de TikTok.
Baila salsa con su esposa, con un ritmo discutido por los expertos, introduce cortes constantes y el montaje es claramente mejor. Le falta sumarse a los célebres «challenges», pero, a cambio, ya está de lleno involucrado en el reto de buscar votos.
Lo que no parece conseguir es convencer a sus conciudadanos, y la mayoría de los comentarios cuestionan su gestión: «¿Y para cuándo que te vayas de una buena vez?» replicaron a su mensaje en el que lanzó la campaña del oficialismo.
Como él, está lanzada a buscar el voto su candidata a la Alcaldía de Caracas, Carmen Meléndez, quien, a sus 59 años, trata de estar a la moda en la red más juvenil.
Con las canciones que acompañan muchos vídeos virales y menos dada a mostrar las dotes de baile -casi obligatorias de TikTok-, Meléndez ha conseguido tener una mayor comunicación con sus posibles votantes, que replican sus vídeos, muy bien elaborados, buscando consejos y, con frecuencia, pidiendo que arregle desaguisados de su predecesora, también chavista.
Sin salsa, con bailes escasos y casi sin referencias al mundo tiktokero, es la excepción en una regla que incluye a políticos tratando de menguar las grietas de la edad que, en ocasiones, parecen agrandarse.
Cactus24 03-11-21