La reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela no garantiza en sí misma la recuperación de lo que alguna vez fue un comercio binacional de más de 6.000 millones de dólares anuales. France 24 habló con líderes gremiales colombianos, quienes no son muy optimistas en el corto plazo.
Javier Díaz Molina recuerda con nostalgia aquella época en la que Colombia enviaba, desde arequipe (un dulce local), hasta vehículos a Venezuela. Era 2008, un año en el que, por primera vez en la historia, el comercio binacional entre vecinos superaba los 7.000 millones de dólares.
El flujo comercial entre ambas naciones había experimentado desde la década del 70 varias etapas de auge y crisis, pero su época de crecimiento más importante fue la registrada entre 2004 y 2009, de acuerdo con el Banco de la República de Colombia.
A partir de ese año, la crisis política borró lo que se había conseguido en décadas y marcó el inicio de un declive que se mantiene hasta la fecha, recuerda Javier Díaz, que preside hace más de 20 años la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), que aglutina a las principales empresas exportadoras colombianas.
El lunes 4 de octubre, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunció la apertura fronteriza cerrada desde 2015, lo que consideró “un mensaje muy directo a las fuerzas productivas” de ambos países y, especialmente, «a los actores comerciales binacionales». Sin embargo, el líder de los exportadores colombianos no se ha contagiado de ese optimismo.
La apertura de la frontera es apenas un tímido paso
“La apertura de fronteras es un requisito necesario, pero el tema de pagos es fundamental. Si a mí (como exportador) no me aseguran que me van a pagar, no puedo vender”, dijo Javier Díaz a France 24.
El presidente de la Federación Nacional Avícola, Fenavi, Gonzalo Moreno, coincide con el líder de los exportadores: “Una cosa es que se reabra la frontera y otra que podamos entrar con productos como pollo o huevos”.
El dirigente gremial agregó que “lo que más nos preocupa es cómo vamos a garantizar los pagos y con quién nos vamos a comunicar en Venezuela, además de que ese país pueda garantizar la adecuada cadena de frío, en el caso de los pollos”.
Un comercio binacional de ‘ires y venires’
A mediados de la época del 2000, de Colombia llegaban a Venezuela más de 4.000 productos; entre alimentos, productos de aseo y farmacéuticos, materias primas, vehículos, y otros, procedentes de 3.000 empresas.
En 2014, antes del cierre de fronteras, el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela acumuló 2.427 millones de dólares. Después vino la crisis y desplomó la cifra casi a la mitad en 2015, para quedar en mínimos durante los años siguientes.
Cuando ocurrió el cierre definitivo de fronteras, en agosto de 2015, el flujo comercial llevaba varios años alrededor de 3.000 millones de dólares. En los años siguientes el promedio anual ni siquiera alcanzó una tercera parte. Y en 2020 apenas superó los 200 millones de dólares.
Después del auge del intercambio comercial colombo-venezolano ocurrido entre 2005 y 2008, cuando se multiplicó cerca de 2,3 veces, la dinámica fue “afectada negativamente por los problemas económicos de Venezuela y por las restricciones comerciales que impuso el vecino país a las exportaciones colombianas”, dijo en su momento el Banco Central.
Las exportaciones colombianas a Venezuela en los últimos años se han reducido a pocas cantidades de bienes esenciales adquiridas por empresas estatales. Para Javier Díaz, de Analdex, “el comercio fronterizo se va a activar, pero exportaciones a gran escala no las veo todavía. No hay seguridad en el pago”, sentenció.
France24/EFE
Cactus24/0610-2021