El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido condenado este jueves a un año de cárcel firme por financiación ilegal de su campaña electoral del 2012. En lugar de enviarlo a prisión, los jueces han decidido que lleve un brazalete electrónico que controle sus movimientos, una medida especialmente humillante para el exjefe de Estado.
La sentencia en el caso Bygmalion es la segunda condena de cárcel en los últimos seis meses contra Sarkozy. Ya recibió una sentencia de tres años de prisión -uno de ellos firme- por haber intentado corromper a un juez. El recurso en apelación paraliza ambas resoluciones judiciales, aunque coloca al exmandatario en una posición cada vez más delicada.
Lo más sorprendente de la situación de Sarkozy es que el expresidente continúa siendo una figura política escuchada de la derecha francesa. El actual jefe de Estado, Emmanuel Macron, mantiene una buena relación con él. Se sabe que le consulta. No se descarta incluso que Sarkozy apoye a Macron en su reelección en abril del año que viene o que se mantenga neutral.
Sarkozy, que siempre ha negado los hechos y se siente perseguido, no estuvo presente en la lectura de la sentencia. La presidencia del tribunal, Caroline Viguier, consideró que el expresidente sabía del riesgo de superar los gastos permitidos y fue advertido del problema. «No era la primera campaña y él tenía experiencia de candidato», aseguró Viguier. El gasto, de 42,8 millones de euros -según la fiscalía-, era casi el doble de lo permitido. A pesar de que fueron sus ayudantes en el partido los que firmaron facturas falsas, se cree que Sarkozy tenía que estar forzosamente al corriente de las ilegalidades. El dinero en exceso no le sirvió a Sarkozy para mantenerse en el Elíseo cinco años más, pues el socialista François Hollande lo derrotó.
El abogado del expresidente, Thierry Herzog, anunció que había hablado por teléfono con su cliente y que este le había instando a la presentación inmediata de un recurso de apelación.
Cactus24 30-09-21