El expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) propuso una amnistía general como una forma para lograr que el país avance hacia la paz total y se pueda salir de la polarización política que afecta al país, en una propuesta que ha generado un debate en el espectro político.
Uribe sembró la semilla de la propuesta en una reunión no oficial que tuvo el pasado domingo con el presidente de la Comisión de la Verdad, el sacerdote jesuita Francisco de Roux, en la que dijo que «este país de pronto va a necesitar una amnistía general, casi que un borrón y cuenta nueva».
En una entrevista con la emisora local BluRadio este miércoles, el expresidente del Centro Democrático matizó esta propuesta y explicó que una amnistía general no implica impunidad porque esa situación podría derivar en abrir ciclos de violencia.
Uribe aseguró que la amnistía es una idea que tiene desde hace tiempo y que va unida a otros asuntos como acabar con la corrupción, combatir el narcotráfico y adelgazar el Estado para lograr la paz total y un mejor país.
La «asimetría en la justicia exige una amnistía general», dijo el exsenador, quien ha señalado varias veces su inconformismo porque haya militares en la cárcel por delitos cometidos durante el conflicto armado y los exjefes de la guerrilla estén libres y ocupen sitios en el Parlamento, una decisión que fue pactada en el acuerdo de paz de 2016.
El exgobernante insistió hoy en que no tiene definido ningún mecanismo, sino que simplemente se trata de una idea que pensó cuando le preguntaron qué hacer para lograr la paz total.
EN CONTRA
El senador de izquierda Iván Cepeda, uno de los más férreos críticos del expresidente Uribe principalmente por no apoyar el acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las FARC, recordó que no se pueden amnistiar delitos de lesa humanidad.
«Si Uribe quiere amnistía general las condiciones son claras: crímenes contra la humanidad no son amnistiables y la verdad es una condición insoslayable. Esa verdad que precisamente él ha querido negar y que se resiste reconocer», escribió en redes sociales Cepeda.
En el encuentro de Uribe con el padre De Roux, que no fue oficial porque el expresidente no reconoce este organismo al igual que no reconoce ninguno de los surgidos por el acuerdo de paz, éste hizo un amplio recorrido de las acciones de su Gobierno para combatir la extinta guerrilla de las FARC y de las determinaciones que tomó contra oficiales y soldados del Ejército implicados en «falsos positivos».
En Colombia se conoce como «falsos positivos» a las ejecuciones extrajudiciales de miles de jóvenes, sobre todo de familias humildes, que eran reclutados mediante engaños por miembros del Ejército para llevarlos a distintos lugares del país con el fin de asesinarlos y luego presentarlos como guerrilleros muertos en combate para recibir recompensas y permisos de sus superiores.
En febrero pasado, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), también surgida del acuerdo, elevó a 6.402 la cifra de personas que «fueron muertas ilegítimamente para ser presentadas como bajas en combate en todo el territorio nacional entre 2002 y 2008», periodo que coincide con el Gobierno de Uribe.
A FAVOR
Sin embargo, el senador y excandidato presidencial Gustavo Petro, otro duro crítico de Uribe, se mostró de acuerdo con la idea de la amnistía ya que «el perdón social e histórico es un momento casi irrepetible pero fundamental en la paz las sociedades».
A pesar de ello matizó que «antes de una amnistía debe haber devolución de todos los bienes a los despojados y verdad completa».
Cactus24 19-08-21