Si por algo nos ha sorprendido China en la última década es por sus megaestrcutruas. Gigantescos edificios, puentes y otras locuras que han dejado con la boca abierta a medio mundo. Está llegando el fin de estas megaestrucutras, el gobierno chino ha ordenado limitar los rascacielos a no más de 500 metros de altura, por preocupaciones de seguridad.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC) avisó este pasado martes de que no se aprobará la construcción de más rascacielos que superen los 500 metros de altura. Así mismo, se restringirá de forma estricta los que superen los 250 metros y se intensificarán las medidas de seguridad en los que superen los 100 metros.
Todo parece estar relacionado con la seguridad que ofrecen estos edificios tan altos. A partir de cierto punto, la altura de los edificios llega a ser un inconveniente y no una ventaja. El NDRC chino indicó que las regulaciones actuales a menudo son demasiado laxas, lo que implica un aumento de los riesgos de seguridad.
El país de las megaestructuras
China alberga actualmente un total de cinco de los rascacielos más altos del mundo. A mediados del año pasado tenía más de 1.938 edificios que superaban los 100 metros, de los cuales cinco superaban los 500 metros. Con la Torre de Shanghai llegando a los 632 metros, tiene el segundo rascacielos más alto del mundo tan sólo superado por el Burj Khalifa en Emiratos Árabes.