Luego de varios años de intentos fallidos y de la aprobación de un acto legislativo y un proyecto de ley en el Congreso, finalmente este martes la cadena perpetua para violadores de niños es una realidad en Colombia.
El presidente Iván Duque, quien desde un principio apoyó el trámite de este proyecto de ley en el Congreso, sancionó la norma que pone las reglas para que los jueces en el país empiecen a aplicar esta pena a los violadores y asesinos de menores.
El jefe de Estado agregó que «la demostración más clara de la necesidad de esta medida es que más del 80 por ciento de las personas que han sido víctimas de abuso en su niñez lo denuncian 10 o 15 años después, por eso estos delitos deben ser imprescriptibles», manifestó el presidente Iván Duque durante la sanción de la norma.
La nueva ley indica que los abusadores de menores a los que se les imponga cadena perpetua, si bien tendrán derecho a una revisión de su condena y a que eventualmente se les modifique la pena, no podrán quedar libres sin pagar como mínimo 50 años de cárcel.
Igualmente se establece que cuando a alguien se le imponga cadena perpetua, automáticamente esta debe ser objeto de control del superior jerárquico al juez que tomó la decisión.
Adicionalmente queda claro que la imposición de esta pena debe ser excepcional, es decir, se deben cumplir una serie de requisitos y agravantes para que pueda ser ejecutada, no todo abusador de menores podrá ser condenado a esta pena, reseña el Tiempo.
Otro elemento clave es que, contrario a otros condenados, quienes tengan cadena perpetua no podrán acceder a permisos que impliquen salir del centro penitenciario.
La nueva ley establece igualmente la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra los menores, lo que significa que el hecho puede ocurrir mañana, pero puede conocerse o abrirse investigación en cualquier momento, dentro de 20 años o más.
No obstante, aún está por verse si la figura logra pasar el examen de la Corte Constitucional, que aún está revisando el tema, pues en los últimos 15 años tumbó medidas menos drásticas contra los violadores, como el uso de los llamados ‘muros de la infamia’, en los que aparecían los rostros de criminales con sentencia ejecutoriada.
CACTUS24 06-07-21