El Papa ha sido operado con éxito de una estenosis diverticular en el colon, o lo que es o mismo, una estrechez del intestino grueso, en el hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde ingresó ayer en torno a la 13:00 (hora local) para someterse a esta intervención quirúrgica que, según confirmaba el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni,había sido programada con anterioridad.
Según ha declarado en un comunicado Bruni, el Papa «ha reaccionado bien a la operación en la que le han suministrado anestesia general».
El médico encargado de la operación ha sido el doctor jefe del departamento de cirugía digestiva del hospital Policlínico Gemelli, Sergio Alfieri, quien no ha dado detalles de la intervención ni de la duración de ésta, por lo que se desconoce el tiempo que el papa Francisco deberá permanecer en observación, aunque medios locales cifraban en cinco los días que deberá estar hospitalizado según fuentes hospitalarias.
Como cada domingo, a las 12.00 horas, Francisco, de 84 años,rezaba la oración del Ángelus asomado desde su ventana del estudio privado en el palacio apostólico, el que abandonaba justo después para poner rumbo al centro hospitalario. “A todos les deseo un feliz domingo y, por favor, no se olviden de rezar por mí” concluía el Pontífice, quien estos días lucía algo más delgado, pero recuperado de la ciática, por la que apunto estuvo de pasar por quirófano el pasado mes de enero. Su agenda para los próximos días se verá reducida aunque tiene programado un viaje internacional del 12 al 15 de septiembre a Eslovaquia, según ha anunciado él mismo.
Desde que empezó su papado, el Pontífice tan solo había sido operado de cataratas en diciembre de 2019. En aquella ocasión se trató de una simple intervención en la vista, de rutina, realizada con láser, que no hizo que el Papa tuviera que ser ingresado más allá de unas pocas horas que no influyó en su agenda. El propio Pontífice lo había avisado durante una visita a la cárcel romana de Regina Coeli. «Hace bien una renovación porque a mi edad, por ejemplo, vienen las cataratas y no se ve bien la realidad: el año que viene tendré que operarme», había comentado él mismo mientras conversaba con los detenidos de la prisión de Roma.
Además de estos problemas de salud, Francisco, quien el año pasado sufría un fuerte resfriado que le impidió participar en un retiro de Cuaresma de una semana, relataba en una entrevista con el periodista y médico argentino Nelson Castro en Roma, en 2017, que en 1957, cuando era un seminarista de 21 años, tuvo que ser sometido a una importante operación para extirparle el lóbulo superior del pulmón derecho en el que le habían detectado tres quistes, y de una posterior de vesícula, cuando ya era superior provincial de los jesuitas.
El Pontífice también reveló durante esta entrevista que en 2004 tuvo un problema cardíaco y que ya siendo Papa le diagnosticaron hígado graso, algo que superó gracias a una dieta especial.
Además de esto, el Pontífice sufre desde hace años una estrechez en el espacio intervertebral entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar, y entre ésta y el sacro, y padece de pies planos, por lo que a veces se lo ve caminar «como una gallina clueca», tal y como él mismo declaraba en una ocasión .
Cactus24 05-07-21