José Mazuelos, obispo de la Diócesis de Canarias, ha llegado a un acuerdo para suspender al sacerdote Fernando Báez Santana, conocido como padre Báez, de sus funciones y prohibirle de manera cautelar participar en la eucaristía. Esta decisión llega después de que se conocieran las acusaciones del religioso a la madre de las niñas Anna y Olivia, a la que considera culpable.
A estas medidas se suma la exigencia de «no hacer, en su condición de sacerdote, manifestaciones y declaraciones en medios de comunicación o a través de redes sociales». Con ello, el obispo Mazuelos «cierra» una investigación previa sobre Báez iniciada el 3 de noviembre de 2020, según ha anunciado en un comunicado el Obispado de la Diócesis de Canarias.
De este modo, el sacerdote tendrá que dejar de ejercer su oficio de párroco de Nuestra Señora de las Nieves, en Lomo Magullo, y de encargado de los lugares de culto anexos: San Francisco de Asís, en Cazadores, y San José en Las Breñas, todos ellos en el municipio grancanario de Telde.
Ha aceptado la decisión
Una vez firmada el acta en la que confirmaba que ha sido notificado, Fernando Báez Santana adjuntó por escrito al obispo José Mazuelos, «libre y voluntariamente, su renuncia al oficio de párroco, la cual fue aceptada».
Por otro lado, queda un proceso judicial canónico a Fernando Báez y, a la espera de que se proceda a nombrar un religioso o administrador parroquial, actuará en su nombre el vicario episcopal de la zona sur de Gran Canaria, Antonio Juan López.
