«Transición socialmente justa hacia el desarrollo sostenible: la función de las tecnologías digitales en el desarrollo social y el bienestar de todos», la celebración en 2021 del Día Internacional de las Familias se centra en el impacto de las nuevas tecnologías en el bienestar de las familias.
Las grandes tendencias, incluidas las nuevas tecnologías, los cambios demográficos, la rápida urbanización y las tendencias migratorias, así como el cambio climático, han reconfigurado totalmente nuestro mundo.
La prolongada pandemia por COVID-19 nos ha demostrado lo fundamentales que son las tecnologías digitales en el ámbito laboral, para la educación, y la comunicación en general. La pandemia ha provocado que se acelerase cambios tecnológicos que ya estaban en marcha, como el uso de plataformas digitales la computación en nube y el extensión del uso de macrodatos y algoritmos.
«Desde la ONU queremos promover el conocimiento de estas megatendencias tecnológicas y formular políticas orientadas a la familia que respondan a sus necesidades», reiteró su página web la ONU.
En este sentido, Cactus24 te trae unos datos importantes, lo que podemos hacer desde la familia:
-Conocer:
Es necesario que conozcamos y entendamos los medios audiovisuales y las tecnologías de la comunicación que consumen y/o pueden llegar a consumir nuestros hijos e hijas. Es imprescindible si realmente queremos educarles en un uso responsable y protegerles de sus riesgos.
Esta labor se complica en la adolescencia. En este periodo es natural que tiendan a buscar sus propios espacios, su propia identidad, por eso suelen rechazar las pantallas familiares en pro de las que consideran propias.
-Proteger:
Se trata de aplicar normas y utilizar medios tecnológicos que protejan a los hijos y las hijas de los riesgos vinculados al uso inadecuado de medios audiovisuales y tecnologías de la comunicación. Es importante que esta labor protectora comience en la infancia, con medidas como las siguientes:
– Delimitar el número de horas que pueden dedicar a la televisión y al resto de pantallas.
– Delimitar los horarios.
– Evitar que dispongan de televisión u ordenador en su habitación, ya que las posibilidades de supervisión se reducen.
– Delimitar la edad a la que pueden disponer de teléfono móvil.
– Definir con claridad normas respecto al tipo de programas de televisión que pueden ver o el tipo de páginas web a las que pueden acceder.
– Observar la clasificación de los videojuegos antes de comprarlos.
– Poner filtros en Internet.
Educar:
Las normas son imprescindibles para proteger a los y las menores. Sin embargo, resultan insuficientes si no logramos paralelamente que aprendan a controlar su propio consumo de televisión y otras pantallas. En definitiva, para que se conviertan en personas que consumen de manera autónoma y responsable. Para ello debemos poner en marcha diversas estrategias educativas:
– Educar a través del propio modelo. Debemos lograr que el modelo que transmitimos (nuestro propio estilo de utilización de la televisión y de otros medios audiovisuales y de comunicación) sea coherente con los objetivos que queremos lograr en nuestros hijos e hijas.
– Explicarles el sentido de las normas que se aplican en la familia en relación con los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías de la comunicación. Aunque se rebelen y protesten contra ellas, seguro que en el fondo entienden que son necesarias.
– Especialmente en la adolescencia, y como ya hemos comentado, también tiene un gran efecto educativo su participación en la determinación, modificación y/o negociación de las normas.
– El diálogo. Cualquier espacio de diálogo con el o la adolescente es oro, por breve que sea.
Para ello debemos crear oportunidades y prestar atención para aprovecharlas.
Cactus24 (15-05-2021)