Los casos de COVID-19 registrados en una sola semana nunca fueron tantos en el mundo como en los últimos siete días, periodo en el que se acumularon 5,2 millones de nuevos contagios confirmados, informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta fue la octava semana consecutiva con aumento de casos a nivel global, con un efecto en todas las categorías de edad, aunque la proporción de gente joven que enferma y presenta síntomas severos es cada vez más significativa.
Según la Organización Mundial de la Salud, los decesos por esta enfermedad infecciosa se incrementaron por quinta semana consecutiva y han superado los tres millones desde que empezó la pandemia hace 16 meses.
«Nos tomó nueve meses llegar a un millón de muertes, cuatro meses para llegar a los dos millones y tres meses para llegar a los tres millones. Cada una de estas muertes es una tragedia para las familias, las comunidades y las naciones», sostuvo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa.
Los expertos de la entidad sanitaria atribuyeron esta situación tanto al aumento de los contactos sociales entre los más jóvenes como a la propagación de variantes del coronavirus más contagiosas y en ciertos casos también más agresivas.
La jefa de la célula anticovid de la OMS, María Van Kerkhove, dijo que no se debe creer que contactos sociales implica siempre reuniones entre amigos o situaciones por el estilo, y recordó que hay mucha gente que ha vuelto a sus lugares de trabajo y entra relación cercana con otros.
Por ello, subrayó que si los gobiernos recomiendan el teletrabajo también deben crear un marco para que esto sea posible.
«Tenemos las herramientas para controlar en cuestión de meses si aplicamos de forma coherente y equitativa», recalcó por su parte Tedros en referencia a las vacunas.
La OMS ha expresado públicamente su intención de crear un polo para la transferencia de tecnología para las vacunas de tipo ARN mensajero.
Las dos que se utilizan en la actualidad con esa tecnología son las de Pfizer/BioNTech y Moderna, cuyo uso de emergencia está ampliamente autorizado.
Si estas compañías aceptaran compartir los conocimientos y tecnología que les permitieron desarrollar sus vacunas, «su producción podría incrementarse en los países de ingresos medianos y bajos», explicó Tedros.
«Pedimos a los fabricantes originales de las vacunas ARN a que contribuyan con su tecnología», comentó.
Cuatro compañías que pueden fabricar vacunas en países en desarrollo han manifestado a la OMS su interés de recibir esa tecnología.
Cactus24/19-04-2021