La crisis en Venezuela requiere de una dosis de «sensatez» para encontrar una salida lejos de «posiciones extremas», afirma el excanciller ecuatoriano Guillaume Long, quien reconoce «abuso de derechos humanos» causados por la sanciones de EEUU pero también por el Gobierno de Nicolás Maduro.
«Hay que decir claramente que en Venezuela hay una crisis política, económica, social, institucional y de democracia», dijo Long en una entrevista a Efe en Quito, donde se encuentra para apoyar la candidatura del correísta Andrés Arauz en el balotaje del 11 de abril.
En un inusual pronunciamiento, Long, que fue canciller del expresidente Rafael Correa cuando se agravó la crisis venezolana y comenzó el éxodo masivo de migrantes, reconoce que «hay problema importantes de derechos humanos, desde luego».
«Hay violación de derechos humanos que no son todos derechos civiles y políticos. También son sociales y económicos», y considera que «parte del combo de la violación de derechos humanos tiene que ver con factores exógenos, con el hecho de que no se permita resolver el problema» por posicionamientos extremos entre «blanco y negro», «buenos y malos», típicos de la «Guerra Fría».
«En este momento tienes un régimen de sanciones de EEUU que está causando decenas de miles de víctimas mortales anuales. Eso también es un atropello a los derechos humanos que no es solamente causado activamente por el régimen de Maduro. Otros atropellos de derechos humanos sí pueden estar causados por el Gobierno venezolano», sentenció.
En 2016, cuando Long asumió como jefe de la diplomacia ecuatoriana, la crisis venezolana provocó una severa polarización en América Latina, en la que su país se mantuvo al lado de Maduro hasta la llegada de Lenín Moreno a la Presidencia.
Como entonces, el excanciller mantiene su dura crítica al secretario de la OEA, Luis Almagro, quien, dice, ve «abusos de derechos humanos» de forma selectiva, porque «no habla de Ecuador en (los disturbios) de 2019, ni de Chile… todo es con Cuba, Venezuela y Nicaragua».
«Lo que no ha imperado en el caso de Venezuela es el pragmatismo, la sensatez, la diplomacia, la inteligencia. Eso ha polarizado el conflicto en la región y en Venezuela», sentencia.
Pero ve un cambio positivo en la postura internacional, una flexibilización en la tendencia de «la teoría del cambio de régimen», la que instaba a «golpes de estado, a azuzar a las Fuerzas Armadas para que boten a Maduro», porque además de que «no ha funcionado, no ha creado un clima que permita resolver el problema».
Y frente al «fracaso» de esta teoría, ve posiciones «cada vez más pragmáticas» e, incluso, cree que «la Administración de Joe Biden va a cambiar».
A su juicio, la encrucijada se debió en gran medida a que Donald Trump no tenía realmente una política exterior hacia América Latina, sino que la dejó en manos de «halcones conservadores de Miami» como Marco Rubio.
Por ello, insta a ayudar a que «Venezuela resuelva sus problemas», a «no caer en posiciones extremas que exacerban el conflicto», o tomar parte por uno de los lados, porque «la definición de la diplomacia es hablar con todos».
Long aseguró que durante el año que ha vivido recientemente en Washington tuvo «mucha relación con un sector de la oposición venezolana».
«Yo hablo con la oposición venezolana, es más, Arauz tiene contactos con la oposición venezolana», concluyó.
Cactus24 05-04-21