Con la celebración eucarística del Domingo de Ramos, Monseñor Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo Metropolitano de Coro, dio inicio a la Semana Santa en esta jurisdicción eclesiástica, la cual se llevó a cabo en la Basílica Menor Santa Ana, Catedral de Coro, en horas de la mañana.
Con un aforo aproximado del 10% de la feligresía, se celebró la eucaristía que da inicio a todo un camino espiritual, por lo que, la homilía del Prelado estuvo direccionada a la tres puntos claves para la valoración de este acontecimiento histórico en la vida de quienes siguen a Jesús como Mesías y salvador: la renuncia, el amor y el servicio, pues enfatizó que Cristo, aun siendo Dios, quiso entregarse para el perdón de los pecados, lo cual resulta ser un claro signo del amor que encierra dicho sacrificio, predicación, que por demás, fue esperanzadora en medio de la situación de pandemia que se vive en el mundo.
Cumpliendo con las normas de bioseguridad, esta celebración pudo realizarse y transmitirse a través de las redes sociales de esta instancia, con el fin de ofrecer a los fieles un espacio para el encuentro con el Señor en su entrada triunfal a Jerusalén. Motivo por el cual, Mons. Mariano Parra, exhortó a los fieles, a través de los medios, a comprender lo importante de mantenerse en casa y vivir las actividades propias de la Semana Santa por medio de las diferentes plataforma digitales, además resaltó: “Recordemos que ya en el Antiguo Testamento los profetas decían que Dios prefería el amor a los demás que los sacrificios que podían ofrecerle” esto con la intención de que la feligresía logre demostrar ese amor al prójimo quedándose en sus hogares y protegiendo a los suyos.
Asimismo, los fieles presentes, en comunión con el Arzobispo, también motivaron al resto de las personas que no pudieron asistir, a ser parte de las celebraciones eucarísticas desde la modalidad a distancia. La señora Egredis Sánchez, feligrés de la Parroquia Santa Ana, compartió un mensaje para todos los cristianos orientado a la protección del hermano como acto de caridad, resaltando: “Les invito a que desde sus hogares vivan la Semana Santa cuidándonos, cuidándote tú cuidas a tus familiares más cercanos”. De igual forma, Miguel Bello, diácono permanente de esta parroquia, resaltó la importancia de mantenerse en casa: “La invitación es a cuidarse unos a otros y estar siempre en nuestros hogares, que sea nuestra casa el primer altar en el que podamos celebrar, compartir en familia y decir a todos que Cristo ha resucitado”.
En efecto, una jornada que, además de exhortar a no desanimarse, también motivó a dar gloria a Dios por el amor que derrama en sus hijos a pesar de las circunstancias. A ejemplo de ello, muchas parroquias dieron a inicio a la Semana Santa llenas de la esperanza que viene de lo alto, invitando a la conciencia y reflexión interior del misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor durante estos días.
Nota de prensa.