España inició este viernes 15 días de restricciones para evitar que la Semana Santa conlleve una nueva ola de la covid-19, en un momento en que los contagios van al alza en el país.
La movilidad entre regiones, las reuniones sociales y la actividad nocturna están aún más restringidas hasta el 9 de abril, en un intento para que la Semana Santa no genere una nueva ola de coronavirus como pasó tras la navidad.
Estas medidas fueron acordadas entre el Gobierno central y las regiones españolas, como un marco genérico de mínimos a aplicar en todo el país, ya que cada región puede endurecerlas aún más si lo considera.
Y llegan con una incidencia creciente del coronavirus, que desde hace días va en aumento y alcanza los 134 positivos por cada 100.000 habitantes en 14 días, un nivel considerado de riesgo medio pero lejos del objetivo de bajar de los 50 en España, que entre sus 47 millones de habitantes suma 74.420 fallecidos y 3.247.738 contagiados por la enfermedad.
LAS RESTRICIONES
Las restricciones conllevan que no se puede ir de una región a otra, salvo viajes considerados esenciales, pero no por ocio pese a las vacaciones de Semana Santa; que el toque de queda debe respetarse de las once de la noche, como muy tarde, a las seis de la mañana, y que las reuniones quedan limitadas a seis personas en espacios públicos abiertos, a cuatro en los cerrados y en los domicilios a solo entre quienes convivan en cada hogar.
Aunque se comentó un posible endurecimiento de estas medidas, como el adelanto del toque de queda a las ocho de la tarde y cierres en hostelería y comercios no esenciales, finalmente ser decidió por mantener ese marco general para el país, aunque cada región puede endurecerlo.
Navarra, en el norte del país, donde la incidencia alcanza los 200 casos por 100.000 habitantes en 14 días, anunció que decretará el cierre del interior de establecimientos de hostelería, reducirá el aforo en grandes superficies comerciales y no podrán abrir distintos locales de ocio como salas de juegos.
El Gobierno español prevé en estos días el despliegue de unos 64.200 policías para controlar el cumplimiento de las restricciones en el país, en el que existe una polémica por estas limitaciones internas mientras es posible entrar en España desde otros países.
EL TURISMO
El endurecimiento de medidas, dentro del estado de alarma que rige en España hasta mayo, llega en un momento clave para el turismo, motor de la economía española y muy golpeado tras un año de pandemia, con pérdidas millonarias y una seria pérdida de empleos.
El turismo interior, sin salir de cada región, se plantea como única alternativa, mientras las procesiones de Semana Santa, un atractivo en varias localidades como Sevilla (sur), quedan descartadas al igual que ocurrió el año pasado, para evitar aglomeraciones de gente.
Aunque no se puede viajar entre regiones, es posible entrar en España desde otros países, lo que genera polémica en el país. El Gobierno español argumenta que se debe a la reciprocidad con otros países miembros del espacio Schengen que no prohíben estos viajes, aunque con condiciones como pruebas PCR negativas, pero desaconsejan realizarlos por ocio.
La polémica ha rebotado a otros países y ha llevado a Francia a pedir que no se estigmatice a sus turistas en España, al generarse una falsa imagen de que son en su mayoría jóvenes que llegan a fiestas ilegales en Madrid, región que pese a tener una de las incidencias más elevadas del país (235), tiene menos restricciones en sectores como el hostelero y donde la oferta cultural se mantiene, al contrario de lo que sucede en parte de Europa.
Al igual que el incremento de reservas de turistas de Alemania en el archipiélago mediterráneo de Baleares, su destino preferido en España, ha llevado al Gobierno alemán a anunciar que pedirá una prueba negativa de coronavirus a todo el que entre en su país y a plantearse incluso prohibir las llegadas en Semana Santa, si ve la forma de que no choque con la libertad de movimiento en el espacio Schengen.
Cactus24 26-03-21