La Policía Nacional de Ecuador informó que una serie de motines ocurridos en los Centros de Rehabilitación Social de Guayas, Azuay y Cotopaxi dejaron como saldo más de 50 reclusos muertos.
Previamente, una fuente del Servicio de Atención de Personas Privadas de Libertas (SNAI) había informado del fallecimiento de 8 reclusos en la provincia costera del Guayas y 8 en la andina de Cotopaxi.
Sin embargo, había apuntado que la cifra podía subir pues también hubo un motín en una cárcel de la provincia andina del Azuay, y «es ahí donde, tal vez, tengamos la mayor cantidad de fallecidos».
Asimismo, indicó que se han registrado varios heridos leves y algunas personas privadas de la libertad fueron trasladadas a hospitales y «están estables».
Durante la disputa que se habría producido entre bandas, varios guías penitenciarios fueron retenidos por internos en cuatro pabellones, siendo liberados tiempo después «sin ningún tipo de lesión», de acuerdo con el jefe de Policía que estuvo a cargo del operativo, Francisco Silva.
Por el momento ninguna fuente ha ofrecido una explicación a la coincidencia de los tres motines, que estarían parcialmente controlados.
El ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, indicó que «ante la acción concertada de organizaciones criminales para generar violencia en centros penitenciarios del país, desde el Puesto de Mando Unificado conjuntamente con mando policial gestionamos acciones, para recuperar el control».
Durante el programa «De frente con el Presidente», el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, indicó que ha autorizado «que se use la fuerza de manera progresiva para asegurar la seguridad de los ciudadanos que se encuentran en estado de reclusión» a fin de controlar los motines que se dan de forma simultánea en tres cárceles del país.
«En un recinto carcelario ya ha sido controlada esta actividad sincronizada de esta pelea de mafias organizadas que ventajosamente se da con poca frecuencia, pero siempre causa agitamiento social y la preocupación del Ejecutivo y la Policía», añadió Moreno.
Estos hechos se habrían dado en «señal de resistencia y rechazo por parte de los internos, ante estas acciones de control», de acuerdo con la institución.