Un inmigrante fue encontrado con vida escondido dentro de un saco que contenía desechos tóxicos en el puerto de Melilla, un enclave español situado en la costa norte de Marruecos, anunció este lunes la Guardia Civil.
La persona, hallada el viernes, fue localizada «dentro de un saco hermético de plástico, que contenía cenizas volantes procedentes de la incineradora, materia tóxica, según la lista europea de residuos», indicó el cuerpo de seguridad en un comunicado.
Un agente «primero observó lo que se correspondía con la pierna inerte de una persona», por lo que pensó que estaba muerta, pero al sacarla «de entre las cenizas, recobró el conocimiento y pudo salvar su vida», señaló el comunicado.
En total, la Guardia encontró a 41 inmigrantes escondidos en camiones, contenedores y vehículos que iban a ser embarcados en buques en el puerto de Melilla, con la intención de llegar a España continental.
Cuatro de ellos estaban dentro de un contenedor con vidrios rotos para reciclaje, «con el peligro que conlleva por las múltiples aristas cortantes, en una travesía que tiene una duración de unas siete horas», señaló la Guardia Civil.
Mayor tráfico de inmigrantes en 2020
En 2020, 41.861 inmigrantes entraron de forma subrepticia a España, tanto por vía marítima como terrestre, una cifra 29% superior a la de 2019.
Más de la mitad de ese total (23.023 personas) llegaron en precarias embarcaciones a las islas Canarias, archipiélago español atlántico frente a las costas africanas que registró una escalada de 757% en la llegada de migrantes con respecto al año anterior.
Melilla recibió 1.500 migrantes en 2020.
Melilla y Ceuta, el otro enclave español en Marruecos, son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África.
A estos dos enclaves suelen entrar los migrantes saltando las vallas o a nado por la costa.