Sigrid Arismendi es una venezolana en Venezuela que dedica parte de su vida a ayudar a quienes, producto de la crisis económica, no la pasan nada bien. Ella forma parte de la Fundación “ Ayudemos con Kita», cuya presidenta Erika Reyes, venezolana residente en Chile, entrevistamos recientemente y quien nos afirmó que esta organización nació tras la muerte de una de sus tías a causa del cáncer de mama.
Sigrid, coordinadora de la fundación, es quien hace el enlace entre Venezuela y Chile para las ayudas de alimentos, salud o techo, específicamente para las personas en situación de calle.
En diciembre, la ayuda de alimentos se materializó en las calles y avenidas de Santiago y Valencia concretamente. Arismendi, desde Valencia nos hace un recuento de todas las actividades llevadas a cabo por ella y de la cual es parte fundamental, ya que es quien elabora la comida que se reparte fundamentalmente a niños y ancianos.
«En nuestra fundación somos familia, yo la denomino como la gran máquina del amor que creció y se fortaleció tras la muerte de Mónica María Arismendi, porque pasar por esta dificultad nos permitió observar más de cerca las necesidades de la gente: falta de medicamentos, tener que ruletear farmacias, constatar el déficit hospitalario, entre otras cosas», destaca.
Sigrid confiesa a Venezolanos que Inspiran de Cactus24 Noticias que esta iniciativa de compartir con los más necesitados es algo nato en su familia ya que desde niña aprendió de sus padres que dar es una grata y satisfactoria forma de compartir.
Asegura que este es el requisito fundamental para formar parte de la Fundación Ayudemos Con Kita, organización que no solo requiere de las ayudas por temporadas sino todo el año. «Desde una harina de maíz que alguien pueda compartir, incluso una acción de cooperación es bien apreciada», asegura.
Le preguntamos a Arismendi ¿ Por qué sigue en Venezuela?
___ Yo sigo en Venezuela porque como creyente me considero un instrumento de Dios para ayudar a los demás sin diferencias de ningún tipo. El objetivo, afirma, es aliviar las cargas de todo aquel que lo necesite. A veces nos cuestionan: “ustedes ayudan un día y qué pasa el otro? Bueno precisamente es por eso que necesitamos de alianzas y de personas e instituciones que compartan nuestros mismos valores. Sin ayuda y sin inversión monetaria es imposible continuar.
Esta mujer comenta que en Santa Inés (un barrio al sur de Valencia estado Carabobo) repartimos recientemente 400 platos de arroz con pollo porque ya se sabía que no tenían nada de comer ese día, asegura. Sigrid nos comenta que la mayoría de los beneficiados admitieron que “tenían tiempo sin comer pollo” y eso para ella fue una bendición; el referente de que lo “están haciendo bien”.
La coordinadora Arismendi explica que las comidas son generalmente llevadas a sitios como éstos, verificados. Pero también estas iniciativas involucran hospitales, oncológicos y psiquiátricos.“El hambre y la necesidad no esperan. Hemos ayudado a familias que en las puertas de los hospitales están ansiosos de noticias sobre el estado de sus seres queridos internados por cualquier enfermedad o accidente. Hemos entregado ayudas a personas en medio de la noche en plazas y hasta hurgando en la basura” nos confía.
Sigrid reveló en un momento de la conversación un episodio que la impactó en diciembre: «Salimos un grupo la noche del 24 de diciembre, mientras los demás festejaban, para entregar hallacas, y encontramos a una señora quien en ese instante pedía como regalo comida».
A Sigrid Arismendi puedes contactarla, ayudarla y conocer más de sus historias de ayuda a través de la fundación Ayudemos Con Kita en su cuenta en IG @ayudemosconkita con enlace en Valencia, Venezuela y Chile.
Cactus24 (22/01/2021).