El calendario de este 2021 coincide con el de 1993, una curiosidad que puede repetirse 2027, 2038, 2049, aquí te contamos por qué.
Los días de la semana y las fechas son idénticas, como muchos han hecho notar en internet con el inicio de este año nuevo. Pero este hecho es más común de lo que se cree.
Si tomas el calendario de 1999 o el de 2010, también podrías utilizarlo para encontrar los días de 2021. Y el almanaque de este año también podrá ser usado en 2027, 2038, 2049 y muchos otros años posteriores.
No hay un número exacto de años en los que se pueda reutilizar un calendario. Pero la frecuencia de días sí suele ser la misma: 2.191 (6 años), 4.018 (11 años), 4.382 (12 años), 10.227 (28 años) y 14.609 (40 años).
En el caso de los años bisiestos, el calendario casi siempre se repite cada 28 años. En cambio, otros tienen una recurrencia de 11 o 6 años. Casos menos frecuentes son los de 12 y 40 años.
Si tomamos 2024, por ejemplo, la frecuencia de repetición es de 28 años (con algunas excepciones de 40): volverá a coincidir en 2052, 2080 y luego hasta 2120.
Pero además de esta hay otras 4 curiosidades.
1. Hay 14 configuraciones
El calendario gregoriano, el usado en la mayor parte del mundo, tiene 14 configuraciones de días y fechas que se encadenan de forma infinita.
Por ejemplo, este 2021 inició en viernes y terminará en viernes. Es una configuración.
En 2022 pasará lo mismo, pero en días sábado, lo cual es otra configuración; 2023 en domingo, es una tercera. Pero 2024 será bisiesto, así que romperá el ciclo, dando lugar a otras configuraciones de inicio y fin de año en otros días.
2. La regla de los 28 años
Los años regulares tienen 365 días, que marcan el ciclo en que la Tierra da una vuelta al Sol.
Pero para que esto no falle en su precisión, en el calendario gregoriano hay que añadir un día cada cuatro años, lo que da como resultado los años bisiestos de 366 días.
En ellos el múltiplo base es el número 28, pues es tanto múltiplo de 4 (la frecuencia de los años bisiestos) y del 7 (los días de la semana).
Así, cada 28 años se repiten sus fechas y días. Aunque hay años en los que se rompe el ciclo, como lo será 2100.
Esto se debe a que solo los años que marcan el inicio de un siglo y que pueden dividirse entre 400 son bisiestos. Así, 1900 no fue bisiesto, pero 2000 sí lo fue.
3. ¿Por qué es «gregoriano»?
El calendario bajo el que nos regimos se llama «gregoriano» porque fue instaurado en Europa por el papa Gregorio XIII, en el siglo XVI.
Tras la publicación de la bula papal Inter gravissimas, en 1582, sustituyó al calendario juliano, que había sido instaurado por el gobernante romano Julio César en el siglo I.
El juliano tenía el problema de que era más largo de lo que debía ser.
La traslación de la Tierra alrededor del Sol dura 365 días, cinco horas, 48 minutos y 45,25 segundos. Pero el año juliano duraba aproximadamente 11 minutos y 14,784 segundos más. Si todavía nos rigiéramos por el almanaque juliano, aún no sería 2021. Este 4 de enero sería 22 de diciembre de 2020.
4. La vez que existió un 30 de febrero
No todos los países adoptaron el calendario gregoriano al mismo tiempo, lo cual dio pie a un error.
Adoptarlo requería adelantar 10 días en 1582 y cuando Suecia finalmente se decidió a utilizar el gregoriano, lo intentó a su manera. Optaron por hacerlo gradualmente, saltándose los días bisiestos de febrero durante 40 años, hasta eliminar el desfase.
Según el calendario juliano que seguían, 1700 era un año bisiesto, pero sólo le atribuyeron 28 días a febrero. Tenían la intención de hacer lo mismo en 1704, 1708, etc. pero poco después estalló una guerra y se olvidaron de los cambios.
Unos años después, el emperador Carlos XII se dio cuenta de que en Suecia el calendario no era ni juliano ni gregoriano, tomó medidas drásticas y abandonó el cambio.
Pero, como ya habían omitido el bisiesto de 1700, ordenó que en 1712 (otro bisiesto) se añadiera un día adicional tras el 29 de febrero, creando así por única vez en la historia desde las épocas de Julio César el 30 de febrero.
Cactus24 (09-01-2021)