La viuda de Pablo Escobar, Victoria Eugenia Henao, confesó que, luego de la muerte de Pablo Escobar, los enemigos de el capo la citaron para ajustar cuentas. El narcotraficante murió con algunos saldos pendientes con otros narcos y no por deudas sino por venganzas. Cuenta Henao que la obligaron a tener una reunión con ellos y a entregarles varias propiedades, hasta las que habían sido incautadas por el Estado.
Así lo relató la mujer en su libro Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar en donde aseguró que los cobros que le hicieron por la deuda de Pablo Escobar con otros carteles ascendía a más de 120 millones de dólares. Según cuenta la mujer, el pago de esta suma aseguraría que no la mataran a ella ni a su familia. Los encargados de cobrar dicho dinero le exigían el pago como perdón a todo lo que habían gastado en la guerra con él y por los daños y perjuicios que este les causó con secuestros, asesinatos, daños a sus propiedades, entre otros…
Para la negociación tuvo que organizar un equipo de siete abogados y dos asesores contables para armar el listado de bienes con los que iba a pagar lo que los narcos le estaban pidiendo. Al final, consiguieron poner a disposición 62 bienes que había dejado Escobar, varios de ellos estaban incautados por el Gobierno.
Cuenta Victoria:
“La reunión fue larga y tediosa, porque se dedicaron a escoger uno a uno los 62 bienes incluidos en la lista que llevé. Pero a diferencia de nuestro primer encuentro, me pareció otra buena señal que aceptaran recibir el 50 % de la deuda en bienes incautados y el restante porcentaje en propiedades listas para comercializar, eso sí, libres de apremios judiciales. Eso de apropiarse de bienes ‘emproblemados’ tenía una explicación: sus conexiones en las altas esferas del Estado les ayudarían a ‘lavar’ los bienes de Pablo, dejando por fuera a sus herederos. Lo que evidentemente sucedió”
Así dividió la mujer las propiedades entregadas a los narcotraficantes:
– El jefe paramilitar Carlos Castaño, por exigencia de su hermano, Fidel Castaño, se quedó con un lote de nueve hectáreas ubicado en la mansión Montecasino. Los Castaño también se adueñaron de, al menos, una docena de lotes en lugares céntricos de Medellín, donde construyeron varios hoteles. Esos dos jefes paramilitares también se quedaron con dos pinturas de más de 3 millones de dólares.
– Al ‘Comandante Chaparro’ le entregó dos fincas, una con una pista de aterrizaje y otra al lado de un río, junto con esto, máquinas de la Hacienda Nápoles, entre ellas, una costosa motoniveladora y una planta eléctrica.