Conversamos con Alex Rodríguez, un joven de apenas 19 años de edad que llegó a Colombia caminando.
Nos confiesa a Venezolanos que Inspiran de Cactus24, que su destino era Perú pero «por cosas de Dios y de destino» hace su vida en Bogotá desde hace ya dos años.
«Recuerdo que cuando decidí venirme, era enero y solo tenía para un pasaje hasta Arauca. A este lugar llegué junto a un amigo y allí decidimos que lo que venía era seguir a pie», relata.
Rodríguez cuenta emocionado y con algo de tristeza que pidieron «colas» (así se le dice en Venezuela cuando le solicitan a un conductor que los lleve en su carro gratis), comida y agua. Aunque ésta -nos afirma- generalmente la obtenían de los ríos que cruzan estos largos caminos: «Cada vez que veía un río era como una bendición. Tras largas horas de caminata, beber agua y bañarnos era grandioso», destaca.
Con apenas 19 años, este joven caminante ya sabe lo que es el esfuerzo y la dedicación. Nos asegura que durante todo este trayecto que le llevó 9 días a pie, 4 dormir en el Terminal de Salitre y 1 en una estación de servicio en Restrepo «es mucho lo que he aprendido».
«Yo soy de Barinas -afirma con orgullo-, me gusta mucho el llano y no te voy a mentir. En esos días de caminata deseaba que un rico de por aquí de las fincas me viera y me contratara, pero no ocurrió así .Dios sabe lo que hace», sostiene.
La gran oportunidad para Alex, que le cambiaría la vida de caminante venezolano a emprendedor, ocurrió justo en Bogotá, la ciudad a la que llegó por casualidad.
«Un día conseguí a un amigo venezolano aquí en Chapinero y él me dijo: ‘vente para mi casa, por aquí hay un restaurante está solicitando personal’. De inmediato me fui con mi hoja de vida y el señor Carlos me contrató», asegura.
La primera prueba para Alex fue «volantear» (en Colombia se le dice así a quienes reparten publicidad en la calle).
Para este joven la experiencia fue dura porque bajo sol, lluvia y bastante frío, que es lo implica caminar de un lado a otro, con el objetivo de llevar clientes. Afortunadamente para él esta parte de su historia laboral cambió rápidamente: «Un día el señor Carlos esperaba que llegara una señora que se iba a dedicar a lavar platos. No llegó y aproveché la oportunidad para hacerlo. Lo hice bien, limpio y ordenado lo que me valió que me quedara en el puesto y que aprendiera todo sobre de cocina”, recuerda.
Ya ha pasado 1 año y 6 meses, precisa, «y estoy agradecido». Para Alex quedar empleado significó tranquilidad en un país que para él hasta hace pocos años le era extraño.
Hoy día con el ímpetu de su juventud apuesta por su propio negocio: Coquistorebogota, que como él mismo dice es «hijo de Coquilunchbogota.
«Con la ayuda de Carlos Revilla y mi decisión de ahorrar en plena pandemia pude cristalizar este sueño: un pequeño local donde vendo todo lo hecho en Venezuela: chocolates, licores, franelas,desayunos sopresas, ropa interior y gorros, los cuales puedes personalizar según el estado donde naciste o como lo desee el cliente», explica.
A este joven venezolano puedes conseguirlo en la red social Instagram como @coquistorebogota y también a través del número de WhatSaap +57 304 5830479.
Es como él mismo dice «Un pedacito de Venezuela en Colombia».
El video completo puedes verlo aquí en mi canal de YouTube y en mi cuenta en IG @yasminvelasco1: