Un estudio del Centro de Astrobiología y basado en la información que entrega el rover de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), permitió ratificar que Marte tuvo lugares que albergaban agua en su período primitivo.
Según el estudio, las gigantes inundaciones se presentaron en el cráter Gale, que posiblemente fue impactado por un meteorito hace miles de millones de años.
Este tipo de impactos, según los estudios, pudieron marcar el cambio de temperatura en el cuarto planeta del sistema solar y lo convirtieron en un planeta con superficie seca y árida.
Estos cambios «se forman cuando el lecho de un lago no consolidado es profundamente alterado por una corriente de agua que se mueve aguas arriba a gran velocidad. La presencia de antidunas demuestra que el lago del cráter Gale no pudo formarse por una acumulación paulatina de agua, sino que fue el resultado de una inundación rápida y de enorme magnitud», dijo Alberto Fairén, uno de los autores de la investigación a Scientific Reports.
La importancia de estos nuevos resultados científicos es que se demostraría que hubo agua en Marte mucho antes de lo pensado, lo que podría decantar en más avances sobre su origen y la generación de vida en el Planeta Tierra.