Albert Camacho es caraqueño, y desde Caracas, Venezuela «está guerreando” con la falta de empleo que se agudizó tras la pandemia que azota al mundo.
Nos explica que al quedar sin nada, se reinventó de la mano de una receta de salsa que aprendió cuando trabajaba en un restaurante que también cerró como consecuencia de la Covid-19.
Camacho no se queda «en medias tintas » cuando de luchar se trata.
“Aprendí muchísimas cosas en el restaurante, pero la que más me gustó fue la receta de salsas”. Lo importante, asegura, es la pasión y el amor que le pongas a aquello que te hace bien, “que sabes que te gusta y no le pones ni fecha ni hora en el calendario”.
Camacho habla rápido y lucha, como la mayoría de los venezolanos, con la poca conectividad de internet. Por eso, la entrevista se cortó «por ratos» pero insistimos y se logró.
Albert nos dice que una de las particularidades de su negocio es que el cliente «no necesariamente tiene que comprar el frasco cada vez que requiera la salsa”. Basta con “que tenga un envase limpio y en excelentes condiciones para yo surtirlo».
Este emprendedor expresa a Venezolanos Que Inspiran de Cactus24 Noticias, que empezó como todos: paso a paso pero a medida que prueban el producto la gente se engancha con su rico sabor, y es que Camacho detalla que él mismo busca los tomates, los ve y comprueba la calidad de los ingredientes que finalmente conforman su salsa.
Este joven caraqueño además afirma » que su producto es totalmente artesanal”. Es como el secreto de las abuelitas, sin condimentos, y puede durar en buena conservación hasta seis meses, afirma.
Pero Albert ha detectado que la mayoría de su clientela desea la salsa para un consumo casi de inmediato.
Albert Camacho tiene muchos planes en su vida y reconoce que cayó en depresión y que ha tenido “momentos muy difíciles en su vida”. Está esperanzado de que siempre se puede hacer algo y así se mantiene firme.
A este joven emprendedor puedes ubicarlo en su red de Instagram como @jaranasfood
Cactus24 (17/09/2020)
