Remontada histórica e incertidumbre hasta el final.Dominic Thiem conquistó ayer el US Open, el primer Grand Salam de su carrera tras remontar los dos primeros sets a Alexander Zverev e imponerse en un inédito tie break por 2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6(6). Una remontada que en el grande de Nueva York no se había visto en 71 años, cuando Pancho Gonzáles también consiguió dar la vuelta a un duelo que ganaba 2-0 Ted Schroeder en 1949.
El partido fue de menos a más y el austríaco supo cocinar a fuego lento un partido que se prolongó más de cuatro horas, hasta que a Zverev, que lo había tenido todo para ganar, le pudieron las circunstancias. Su rival llegaba a esa muerte súbita decisiva con evidentes problemas musculares. Había pedido incluso la atención del fisioterapeuta antes de iniciarlo. Sin embargo, el alemán cometió dos dobles faltas que le acabaron costando el título.
Todo eso después de haber conseguido dominar a placer a su rival en dos sets que no tuvieron color, en los que había conseguido superar por juego y motivación a Thiem. Pero el tenista austríaco, apartado siempre de la gloria por Rafa Nadal y Novak Djokovic, con quienes se había topado cuando se plantó en las finales de París y Merbourne, demostró una increíble fortaleza mental para hacer buena la consideración de favorito con la que se presentaba en esta final con las gradas del Athur Ashe prácticamente vacías.
Le bastó con esa confianza para que Zverev se fuese empequeñeciendo poco a poco. Desde el final del segundo set, donde el alemán sacó partido del 5-1 que había conseguido a tener, hasta el final. E incluso con esa evidente incapacidad con la que llegó al tie break decisivo tras un último set donde ya evidenció que se quedaba sin fuerzas, consiguió ser mejor que su rival. Thiem creyó en la victoria imposible cuando Zverev temía por una derrota que acabó sufriendo pese a tenerlo todo a favor.
Cactus24 14-09-20