Falta movilización en las calles para impulsar un juicio político para destituir al presidente Jair Bolsonaro, opinó en una entrevista con Efe la exmandataria brasileña Dilma Rousseff.
Dilma Rousseff en 2016 y Fernando Collor de Mello, en 1992, han sido los dos únicos presidentes cesados desde la restauración democrática en Brasil, en 1988.
La expresidenta de Brasil, miembro del Partido de los Trabajadores (PT), lo fue por irregularidades en el manejo de las cuentas públicas. La antigua mandataria, reemplazada por su entonces vicepresidente Michel Temer, sigue calificando su cese como un “golpe de Estado”.
En el caso de Bolsonaro, que acumula decenas de peticiones para un juicio político a medida que mengua su popularidad, Rousseff estima que está en una “situación de mayor fragilidad” por las investigaciones que le ponen en aprietos, entre ellas un posible esquema organizado para disparar noticias falsas en masa.
Sin embargo, opina que un proceso de destitución “no es seguro” que ocurra, ya que hay “sectores neoliberales” apoyados por el centro y centro-derecha que están interesados en que Bolsonaro siga en el poder para acometer “una agenda de austeridad y de reducción del papel del Estado”.
“Y falta, además, un factor siempre importante, para lo bueno o para lo malo, que es la manifestación popular. Y hacer eso de forma sustentada es imposible por el contexto de pandemia”, sostiene la presidenta de Brasil entre 2011 y 2016 y sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva.
Cactus24 (04-07-2020)