Las autoridades pondrán en cuarentena a más de 300.000 personas en barrios residenciales al norte de Melbourne durante un mes a partir de la tarde del miércoles con el fin de contener el riesgo de propagación después de dos semanas de aumentos de dos dígitos en los nuevos casos de coronavirus en el segundo estado más poblado de Australia.
A Australia le ha ido mejor que a muchos otros países en la pandemia, con alrededor de 7.920 casos, 104 muertes y menos de 400 casos activos, pero el reciente incremento ha avivado los temores a una segunda ola de COVID-19, al igual que en otros puntos del globo.
A partir de la medianoche, más de 30 barrios del extrarradio de la segunda ciudad más grande de Australia volverán al tercer nivel más estricto en las medidas para controlar la pandemia. Esto significa que los residentes estarán confinados a sus casas, excepto para hacer compras, citas médicas, trabajar o cuidar de otras personas y hacer ejercicio.
Las restricciones irán acompañadas de un despliegue masivo de pruebas diagnósticas que las autoridades esperan que abarque a la mitad de la población del área afectada, cuyo perímetro estará patrullado por las fuerzas del orden. Las medidas se adoptan en un momento en que las restricciones se están suavizando en el resto del estado de Victoria, con la reapertura de restaurantes, gimnasios y cines en las últimas semanas.
Victoria registró 73 casos nuevos el martes de 20.682 pruebas, tras un aumento de 75 casos el lunes. El primer ministro del estado, Daniel Andrews, advirtió el miércoles que el regreso del confinamiento a toda la ciudad seguía siendo una posibilidad.
“Si nos mantenemos unidos estas cuatro semanas, podemos recuperar el control de esa transmisión comunitaria… en el área metropolitana de Melbourne”, dijo Andrews en una conferencia de prensa. “En última instancia, si no cerrara estas zonas, estaría cerrando todas las zonas. Queremos evitar eso”.
Cactus24 01-07-20