La inocencia de una adolescente, de 12 años de edad, la llevó por un camino sin retorno. Alexa Marina Salazar Fajardo fue agredida sexualmente por Ramón Rafael Meléndez López, de 36 años, quien luego la asesinó al suroeste del estado Guárico. El hombre, posteriormente, decidió suicidarse y quedó tendido sobre su víctima.
El trágico destino de Alexa Marina, de acuerdo a lo reseñado por medios locales, se desarrolló en el sector El Pájaro, municipio Santa María de Ipire, el miércoles 24 de junio de 2020.
Según los empleados del predio llamado Pozo Redondo, ubicado en la citada localidad, la jovencita había salido a cortar caña en compañía de Meléndez López pero no volvieron a saber más de ellos.
Los familiares de Alexa Marina iniciaron la búsqueda, y, al ver que por cuenta propia no podían hallarlos, denunciaron el caso en la GNB.
Bajo dirección de los militares, se inició una nueva búsqueda. Los resultados fueron fatales; pues en una zona boscosa de Santa María de Ipire localizaron los cuerpos de la adolescente y el adulto. Ambos estaban en avanzado estado de descomposición.
Envenenados
Al lugar del hallazgo se apersonaron detectives de la Delegación Municipal Zaraza a realizar el levantamiento de los cadáveres e iniciar con las averiguaciones. En el suelo los pesquisas recolectaron un frasco de veneno y dos jeringas.
Los estudios forenses que le practicaron a ambos cadáveres en Valle La Pascua arrojó que habían muerto por envenenamiento. La causa del fallecimiento de Alexa Marina fue por hemorragia pulmonar producto del químico que entró en su organismo. Además presentó signos de abuso sexual.
Por su parte Ramón Rafael presentó el mismo diagnóstico: murió por envenamiento. Autoridades policiales presumen que él le inyectaba a la menor el veneno para después cometer el abuso. En virtud de que él la asesinó, no le quedó otra que suicidarse.
Tras conocerse el macabro hecho, pesquisas de la policía científica supuestamente efectuaron un allanamiento en la vivienda del difunto. En la casa, estaban 14 cartas manuscritas, las cuales describían cómo Ramón Rafael cometería el crimen. Además de esos textos, los policías encontraron revista y recortes pornográficos.
Alexa Marina fue una niña que, en medio de la inocencia, tomó un camino equivocado. Lo recorrió con la persona que no debía. Sus sueños fueron truncados por un pedófilo. Ahora su familia solo le tocará mantenerla viva en sus corazones a través del recuerdo.
CACTUS24 28-06-20
