Estados Unidos alcanzó este viernes las cifras de 2.219.119 casos confirmados de COVID-19 y 119.086 fallecidos con esta enfermedad, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance, a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado), es de 31.243 contagios más que el jueves y de 752 nuevas muertes.
Estados Unidos no rebasaba los 30.000 nuevos casos en un solo día desde principios de mayo, pero el repunte de contagios en estados como California, Florida, Texas o Arizona ha vuelto a disparar el cómputo global.
Nueva York se mantiene como el estado más golpeado en EE.UU. por la pandemia con 386.556 casos confirmados y 31.015 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 22.236 personas.
A Nueva York le siguen el vecino estado de Nueva Jersey, con 168.496 casos y 12.902 fallecidos; Massachusetts, con 106.650 contagios y 7.799 decesos, e Illinois, que ha reportado 135.470 positivos por coronavirus y 6.580 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.399, Michigan con 6.067, California con 5.408 o Connecticut, con 4.238.
En cuanto a contagios, California ha superado ya a Nueva Jersey como el segundo estado con más casos, con 169.695.
Y es que el foco de la pandemia en EE.UU. se ha desplazado ahora de la golpeada Costa Este a los estados del Cinturón del Sol, como California, Florida, Texas y Arizona, que suman entre los cuatro casi la mitad de nuevos casos en todo el país.
El balance provisional de fallecidos -119.086- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre habiendo superado los 200.000 muertos.