Se conoció el desgarrador relato de una mujer que denunció violación y agresión de su expareja. La historia arrancó el pasado 4 de diciembre de 2019 cuando, según relata Maira Rodríguez, se encontraba en su apartamento de Zipaquirá, Cundinamarca Colombia. En ese momento, se acercó su expareja sin anunciarse y allí empezaron los actos de agresión.
“Abro la puerta, entra, me tira al piso, caigo boca abajo, comienza a tocar mis partes íntimas. Intenté gritar, me tapaba la boca, me ahogaba, sacó un destornillador que tenía en la maleta y me amenazó”, cuenta.
En los intentos de defensa, Maira relata que logró morderle los dedos y rasguñarlo pidiéndole que no la lastimara, que no la tocara, que le dejara en paz. Sin embargo, no fue suficiente, la obligó a quitarse la ropa y, entre el llanto y el miedo, accedió a través de la fuerza. Por si fuera poco, la presión de la situación hizo que ella, incluso, le pidiera perdón.
“Me viola. Le suplicaba que no lo hiciera, que me perdonara, que íbamos a volver, pero nada de eso le importó. Cuando terminó le dije que se fuera, pero dijo que no, porque quería otro”, relató.
Maira agrega que fue obligada a bañarse con agua fría en la ducha y nuevamente la violó. Posteriormente, ejerció presión con un interrogatorio y una escena de celos en la que la cuestionó por su actividad sexual con otras personas, incluso, la obligó a enviar mensajes para, según relata, hacer creer que estaba bien y que todo era “consensuado”, lo que, insistió la joven, fue una estrategia de manipulación por parte de su expareja.
“Entré en estado de shock, me amenazaba con el desatornillador, en un momento vinieron los celadores del conjunto porque los vecinos alertaron que alguien lloraba. Me tapé la boca para no gritar porque me tenía amenazada. Dijo que nos íbamos a quedar todo el día ahí, cosas raras”, continuó.
Minutos después, el hombre se asustó al encontrar que los vigilantes del conjunto residencial se percataron de la situación. Las amenazas continuaron pese a que la Policía llegó posteriormente.
Maira denuncia que su expareja intentó huir por los balcones del vecindario, luego ella se desplazó a instaurar las denuncias a las autoridades y señaló que, luego de estar hospitalizada, tuvo que desplazarse a una casa de acogida como medida de protección donde pasó 45 días, incluso, festividades de Navidad y Año Nuevo, lejos de su familia.
Pasaron seis meses para que Maira rompiera el silencio e hiciera público lo que hasta esta semana solo estaba en las denuncias de las autoridades. Hoy dice tener miedo de las amenazas de muerte por parte del hombre al que identificó como Edwin Cortés Cabezas, pero no era la primera vez que denunciaba agresiones, ya lo había hecho previamente por lesiones personales, ya que, luego de un año de separados, llegaba en estado de ebriedad a violentarla.
“Quiso besarme a la fuerza y me mordió la boca, yo me defendí y lo rasguñé, me tomó del cuello con fuerza, se fue, llegué a la Fiscalía y no me atendieron en la sala de denuncias porque ya eran las 4:40 de la tarde. Fui a la comisaría de familia y puse en conocimiento los hechos, me brindaron una medida de protección. Estos hechos llevan ocurriendo desde mayo del año pasado», relató la mujer.
«Me ha amenazado de muerte y me dice que no me puedo separar de él. Intentó violarme, me llama a cada rato, me insulta, me cela, les pregunta a mis hijos a qué hora llego, cómo me visto, amenaza con suicidarse y matarme”, agrega el relato sobre una de las demandas que interpuso.
Maira continúa describiendo que el sujeto vive con otra persona, que está cansada de la situación cada vez que llega a su casa borracho, que de nada sirve instaurar denuncias, tuvo que huir de Zipaquirá con sus hijas porque teme que le suceda algo malo.
“¡Siento miedo! ¡Siento miedo!”, repite.
“Se que ahorita dirá la Fiscalía que es por el COVID-19 que no han hecho nada, pero hoy se cumple un año de la primera denuncia y mi agresor anda libre. Hay gente que me escribe y me dice ¿Cómo este tipo puede estar tomando al lado y usted encerrada? ¿Por qué usted tiene que huir y esconderse?, es un llamado de atención a las autoridades, o si alguien sabe de quién me pueda ayudar, porque eso no puede quedar impune”, concluye.
A través de las redes sociales, Edwin Cortés Cabezas grabó un video negando los hechos relatados por su expareja.
Sentado frente a una cámara reconoció que hay un proceso en la Fiscalía por acceso carnal violento, en repetidas ocasiones se declaró inocente, incluso, calificó de “un teatro para dañar su imagen” y, por el contrario, dijo que al “no tener pruebas”, la demandó a ella por injuria y calumnia.
Sin embargo, la publicación desató una ola de indignación porque, en una parte del registro audiovisual, el hombre se revictimizó y dijo que ella es responsable de violencia intrafamiliar, y que “es una moda de que una mujer salga a decir algo”
Información de Blu Radio
Cactus24/06-06-2020