Brasil sobrepasó este viernes los 27.800 muertos por el coronavirus SARS-CoV-2 y superó a España en número total de decesos, una cifra que refleja el agravamiento de la enfermedad en momentos en que algunos estados se alistan para la reapertura gradual de la economía.
Según el balance oficial del Ministerio de Salud, Brasil se ha convertido en el quinto país del mundo con más decesos por la enfermedad, por delante de España, cuya población total es similar a la del estado de Sao Paulo, y sigue como segundo en número de infectados, por detrás de Estados Unidos, tras alcanzar hoy un nuevo récord de casos diarios.
Pero el acelerado ritmo de contagio, que sigue en curva ascendente en el país, no impidió que algunos estados y municipios flexibilizaran sus medidas de aislamiento e iniciaran una reapertura de algunos sectores de la economía en las últimas semanas.
En Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil con unos 46 millones de habitantes, el gobernador Joao Doria ya anunció la retomada gradual de algunas actividades y servicios a partir del lunes próximo, pese a que la región concentra el mayor número de casos (más de 101.000) y muertos (7.275) en el país.
Mientras, en Río de Janeiro, el segundo estado más azotado por la pandemia y que hoy superó la barrera de 5.000 muertes, el gobernador Wilson Witzel estudia un relajamiento de las medidas de contención ya en los próximos días.
Sin embargo, expertos alertan de que la mayoría de los estados todavía no han alcanzado los tres criterios fundamentales para iniciar una desescalada segura, que son la disponibilidad de camas de cuidados intensivos en los hospitales, la caída o estabilidad en el número de casos y la realización de pruebas masivas en la población.
Por el contrario, “la realidad es que las unidades de cuidados intensivos están bastante llenas y no hay indicaciones de que los casos estén cayendo. Es más, tenemos récord tras récord de casos y muertes y muy pocos test”, dijo a Efe el coordinador del Núcleo de Operaciones e Inteligencia en Salud de la Universidad PUC-RIO, Silvio Hamacher.
Entretanto, Brasil se alista para la mayor recesión de su historia, cuyos impactos ya empiezan a hacerse sentir en la mayor economía de Suramérica, que se contrajo un 1,5 % entre enero y marzo.
Para el segundo trimestre, el Gobierno de Jair Bolsonaro espera un desplome aún mayor, cuando el país sentirá totalmente los efectos de la paralización de actividades por el COVID-19, y proyecta una retracción del 4,7 % en 2020, un índice optimista con respecto a la caída del 5,89 % que estiman los economistas.
Asimismo, El PIB del segundo trimestre debe ser impactado por una mayor caída del consumo de las familias, ya que, según datos oficiales, la pandemia ya ha dejado sin empleo a cinco millones de brasileños.
De acuerdo con el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el desempleo en el gigante suramericano subió hasta el 12,6 % en abril debido a la pandemia, lo que equivale a 12,8 millones de desempleados, en tanto que la población ocupada cayó hasta los 89,2 millones.