“¡Agua, agua, llegó el agua!, limpia, fresca y barata!”, así pregonan los carrucheros de agua que recorren a pie en todas las calles de los sectores de Punta Cardón. De tres a cinco hombres se ven empujando bajo el inclemente sol un artefacto móvil elaborado de hierro, tablas, cauchos y volante de carro que permite direccionar la carrucha.
“Es un gusto” ver estás carruchas grandes ocupar todas las calles de Punta Cardón a diario, para la mayoría de los habitantes de la localidad, estos carrucheros son el “salve” en esta época de pandemia y escasez de agua por más de dos meses. Aunque es necesario, abrir un paréntesis para detallar algo importante —este miércoles 29 de abril llegó agua por tubería algunos sectores de Punta Cardón—, antes de ello, los hogares puntacardonenses estaban totalmente secos y desérticos por la falta del recurso hídrico, por mucho tiempo Punta Cardón siempre ha sido ignorado y excluido de ciertos beneficios por partes de los autoridades competentes. Ahora en esta emergencia nacional por el Covid-19 no ha sido la excepción.
Se relata y se afirma por sus habitantes cuando “la cosa estaba mejorcita, y se hacía alguito por el municipio”, cuando los sectores de Punto Fijo le llegaban agua tres o dos veces por semana, Punta Cardón le abastecía del preciado líquido cada 15 a 20 días, y no llegaba a todos los sectores, pues la localidad está conformada por 22 sectores “recuerdo que siempre era de madrugada que soltaban el agua, duraba seis horas”, dijo uno de sus lugareños.
Volviendo al tema de los carrucheros, la falta de gasolina, los camiones cisternas desaparecieron literalmente de Punta Cardón, manifestó Yoli Padilla, residente de la calle Padilla del sector Puntica Arriba, agregó la mujer que ahora está nueva modalidad de abastecimiento de agua “bien o mal” está garantizando el derecho del mismo a hogares de la población.
“Un dólar, 150.000 soberanos o producto y medio, nada de lentejas, frijoles o quinchonchos, vendemos o cambiamos la pipa de agua”, así lo indicó Pedro González Añez que desde hace ocho meses se adentró en el negocio de los carrucheros o caleteros de agua, reveló a Cactus24 que decidió buscar otra fuente de trabajo debido por su bajo salario como vigilante en una empresa de fabricación de ventanas y vitrinas en la Puerta Maraven, mientras descargaba agua en una casa ubicada en la calle Ribas de Punta Cardón, González continuó diciendo que ganaba un sueldo de Bs. 125.000 semanal que no le alcanzaba para mantener a su numerosa familia que reside en el sector El Estadio de esta misma parroquia.
“A veces es difícil deprenderse de 100.000 o 120.000 bolívares en efectivo o un producto de la cesta básica para comprar agua”, señaló Deyanira Villarroel, habitante del sector Las Maravillas que más de una ocasión para obtener una pipa de agua tiene que “sacrificar” en gastar efectivo o dar un producto.
Al mismo tiempo, acotó que le ha tocado hacer la popular “vaca” con familiares o vecinos para comprar una pipa de agua y compartirla entre dos o tres personas quienes aportan para el beneficio “un balde para lavar loza y bañarse, y el otro para comida y para beber”, recalcó la mujer madre de cuatro hijos, dos de ellos, menores de edad.
Mientras que otros vecinos, ve la situación de los carrucheros de agua “como una viveza criolla para envainar al pueblo”, dicho por Jorge Luis Medina, quien prefiere buscar ocho bidones de agua diarios en el tanque que está en la entrada de Punta Cardón o en el sector El Milagro, pues indicó a este equipo reporteril que él nunca está dispuesto a pagar o deprenderse de su comida para comprar una pipa de agua a un carruchero “agua que no le cuesta nada, porque la agarra del tanque o de cualquier toma clandestina de Punta Cardón”. Sin embargo, Pedro González, manifestó que “la gente no sabe el sacrificio que uno hace y pasa para buscar agua y llevarla hasta la puerta de la casa de quien la necesite, ya que algunos o muchos no tienen carruchas propias, no tienen carro, ni siquiera tienen esposos, hijos o un hombre en el hogar para que haga esta diligencia de buscar y abastecer esa familia de agua, es injusto que la gente te juzgue y te critique sin saber, la necesidad que nos llevó hacer esto y es una manera de nosotros llevar comida a nuestras mesas cada día”, dijo Pedro, por un momento se quitó la gorra, un pedazo de tela que cubría su cabeza y rostro solo se veía sus ojos cafés rojizos y cansados, bajó su tapabocas para secarse el sudor de su cara.
Y es aquí en donde Cactus24 relata la verdadera historia de Pedro González Añez que se escribe a diario:
Son las 2:30 de la madrugada la pareja de Pedro, Ana se levanta para hacer el café bien cargado, mientras que su esposo se echa un buen baño para terminar de despertarse y a agarrar fuerzas para seguir con la jornada del día. Se alistó con su pantalón, franela, braga y sus botas de seguridad que usa frecuentemente para trabajar. De inmediato agarra su gorra, guantes y tapabocas, sale de la habitación y se sienta en una silla justo a la puerta trasera de la cocina a tomar una buena taza de café. Ya su hijo mayor de 17 años, ya graduado de bachiller —quien prefirió tomarse un breve receso antes de ir a la universidad para ayudar a su papá con el hogar— estaba alistando todo en la carrucha junto a su primo de 19 y un vecino de 24, quienes también son socios del negocio.
Ya son las 3:30 de la mañana, ya los muchachos partieron a buscar agua en alguna toma clandestina de Punta Cardón, ya hay cola “siempre esa hora, hay cola”, nos relatan. Luego de una hora a hora y media es el turno de Pedro y de sus muchachos a llenar sus tres pipas de agua.
Va Pedro, direccionando la carrucha con el volante, mientras que su sobrino y su vecino ayuda a empujarla, y su hijo pendiente de que las pipas no se volteen y derramen el apreciado oro incoloro y cristalino. Y comenzó el recorrido, este primer viaje está comprometido desde un día anterior.
Pedro González, relata a Cactus24 que depende del día se puede hacer cuatro o cinco viajes diarios con la carrucha empujándola a pie “es difícil cuando vas lleno, por eso es necesario la fuerza de al menos tres hombres, por el peso del agua. Durante el trayecto puedes tardar de una hora a hora y media en ir y bajar luego de llenar, fuera el tiempo que tienes que esperar que te echen agua, si hay cola puedes durar media hora, tal vez una, como a veces 15 minutos, eso depende del día, ya que cada vez hay más personas que se inicia en la venta de agua por caleteo”, explicó el hombre de 42 años, además nos confesó que es técnico superior universitario en Obras Civiles, graduado del antiguo Tecnológico Alonso Gamero de Coro, algún tiempo.
Continuó contando que algunos carrucheros se les ven “bien apretados” cuando no logran vender toda el agua, por no contar con una clientela fija o contactar a una, ya que tienen que merodear por calle arriba y calle abajo de Punta Cardón para poder venderla o cambiarla por alimentos.
Así lo indicó Ronnie García, luego de ser despedido de su puesto de trabajo como vigilante en un reconocido centro comercial de Punto Fijo, hace tres semanas por la pandemia y distanciamiento social, decidió iniciarse en este negocio, el joven de 38 años, padres de tres hijos quien los dejó con su esposa en la población de Miramar, municipio Buchivacoa, occidente del estado Falcón, vino a la ciudad de Punto Fijo en busca de mejor porvenir, reveló a este portal digital que con el esposo de su prima y un vecino decidieron trabajar de carruchero a una persona que se dedica en fabricarla y alquilarla a quienes deciden emprender en esta iniciativa de negocio.
Explicó que por cada pipa que vende se gana Bs. 50.000 “si son tres pipas, son Bs. 150.000, si haces tres viajes como mínimo son 450.000 bolívares, pero hay que dividirlo entre tres, somos lo que estamos al frente de esa carrucha, tocamos a Bs. 150.000 cada uno. Además de medio producto y un viaje de agua para nuestros hogares”, así lo detalló García, quien tiene quinto semestre aprobados de ingeniería Mecánica de la UNEFM.
Detalló que ha padecido el famoso “merodeo” de agua cuando no tiene las pipas de aguas comprometidas, Ronnie tiene que darle rápido con eso, tiene que vender al menos dos viajes de agua, sino se queda sin dinero, sin alimento y mucho menos sin agua ese día. Ya que tiene disponibilidad de la carrucha alquilada hasta las 2:00 de la tarde, pues a esa hora el dueño del artefacto se alquila a otro grupo de hombres hasta las 7:00 de la noche “es difícil porque si no logras vender el agua llegas cansado y con las manos vacías a tu casa”, precisó García.
Con referente a ello, Pedro González no padece por la situación de Ronnie García, la carrucha que está bajo su cargo, es de su propiedad y todas las ganancias las comparten entre su hijo, sobrino y su vecino.
Para culminar, ya se ocultó el sol, y con él cayó la noche rápido, cansados, con los brazos, manos y piernas doloridas y acalambradas, con la espalda partida y pies ardientes por el caliente que se penetra por debajo de sus botas por el calor del asfalto, Pedro, sus compañeros y socios de jornada, toman un nuevo aliento con fuerza, y continúan empujando la carrucha con las tres pipas vacías, ya se vendió todo el agua, es hora de ir a casa.
Desde lejos, su dos hijos menores lo ven llegar, y uno de ellos corre hasta la casa le avisa a su madre que ya su padre está de vuelta. Ya Ana, ya tiene la cena lista, los tobos de agua llenos en el baño para que su esposo, hijo y sobrino lleguen, se refresquen por un momento para luego bañarse, y así lo hacen, ahora todos están en la mesa comiendo en familia.
A las tres horas, luego de cenar y compartir un momento con los suyos, Pedro se va a la cama a dormir al menos por cuatro horas, porque la madrugada del siguiente día hay que levantarse para seguir trabajando, carruchando, caleteando agua para traer comida a la casa y ser el “salve” de una familia que no tiene agua en medio de la pandemia que cada vez está “arreciando” el día a día a los habitantes de Punta Cardón.
El Dato
A principio del 2019, solo había cinco carruchas tipo carretas que caleteaban agua en Punta Cardón. Transcurrir de los meses se iban incrementando. Según este 2020 cuando entró en vigor la cuarentena nacional y el distanciamiento socia por el Covid-19 y con ello, la escasez de agua, se contabilizan que hay al menos 120 carruchas, distribuidos entre Los Rosales, Bicentenario y Punta Cardón. Los dos primeros, tienen mayor número de carruchas de gran tamaño, ya que la mayoría son residentes de esos sectores de Punta Cardón.
Fotos: Rut Cuauro Chirinos
Cactus24 (04-05-2020)