El primer ministro británico Boris Johnson, de vuelta al trabajo después de recuperarse de COVID-19, dijo el lunes que todavía era demasiado peligroso relajar un confinamiento que está castigando a la economía, ya que podría causar un segundo brote mortal.
En declaraciones en el exterior de su residencia en Downing Street un mes y un día después de dar positivo en la prueba de un virus que amenazó su vida, Johnson comparó la enfermedad con un criminal callejero al que el pueblo británico había reducido en el suelo.
Johnson, que recalcó que el momento era todavía de máximo riesgo, dijo que entendía las preocupaciones de las empresas y que consultaría con los partidos de la oposición, pero dejó claro que no iba a haber un rápido levantamiento del confinamiento.
“Simplemente no podemos definir ahora la rapidez o la lentitud con que se producirán esos cambios, o incluso si se producirán, aunque sin duda el Gobierno dirá mucho más al respecto en los próximos días”, dijo Johnson.
“Si podemos mostrar el mismo espíritu de unidad y determinación que todos hemos mostrado en las últimas seis semanas, entonces no tengo ninguna duda de que lo superaremos”.
El Gobierno de Johnson, su partido y los asesores científicos están divididos sobre cómo y cuándo debería volver al trabajo la quinta economía más grande del mundo, aunque sea de forma limitada.
“También debemos reconocer el riesgo de un segundo pico, el riesgo de perder el control de este virus y dejar que la tasa de reproducción sea de más de uno, porque eso significaría no solo una nueva ola de muertes y enfermedad, sino también un desastre económico”, dijo.
“Les pido que contengan su impaciencia porque creo que estamos llegando ahora al final de la primera fase de este conflicto y, a pesar de todo el sufrimiento, casi lo hemos conseguido”.
El Reino Unido es una de las naciones más afectadas del mundo, con más de 20.732 muertes en hospitales hasta el sábado.
El cierre del país, el más estricto en tiempos de paz, ha dejado a la economía frente a la que posiblemente sea la recesión más profunda en tres siglos y con la mayor acumulación de deuda desde la Segunda Guerra Mundial.
CRÍTICAS
Al principio del brote, Johnson se resistió a imponer un confinamiento drástico, pero luego cambió de rumbo cuando las proyecciones mostraron que un cuarto de millón de personas podrían morir en el Reino Unido.
Desde que se impuso el confinamiento el 23 de marzo, su Gobierno ha sufrido las críticas de los partidos de la oposición y de algunos médicos por la limitada capacidad de realización de pruebas del Reino Unido y la falta de equipos de protección para algunos trabajadores sanitarios.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, instó a Johnson a exponer cuándo y cómo podría suavizarse el cierre económico y social, al igual que algunos donantes del Partido Conservador.
“Actuar simplemente como si esta discusión no estuviera ocurriendo no es creíble”, escribió Starmer en una carta a Johnson.
Los datos más recientes, del domingo, mostraron que las muertes relacionadas con COVID-19 en hospitales aumentaron en 413 en las 24 horas anteriores, el menor aumento diario en este mes. El 25 de abril se realizaron un total de 29.058 pruebas.
Según esas estadísticas, el Reino Unido tiene el quinto peor número de muertes en el mundo, después de Estados Unidos, Italia, España y Francia.
Sin embargo, el número total de muertes en Reino Unido es mucho más alto, ya que las estadísticas de muertes fuera de los hospitales, por ejemplo en residencias de ancianos, tardan más en ser publicadas.
Sin embargo, Stephen Powis, director médico del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, dijo que la tendencia descendente de los casos de coronavirus era “muy clara” y demostraba que el distanciamiento social estaba reduciendo la transmisión y la propagación del virus.
Cactus24 27-04-20