Se trata de medianos y pequeños comercios como zapaterías, tiendas de ropa, papelerías, librerías, perfumerías, lencerías, ferreterías, talleres de mecánicas, licorerías, autoperiquitos o autorepuestos, entre otros, que no están autorizados para laborar en esta cuarentena nacional. Pero algunas personas de Punto Fijo quieren y requieren de sus artículos y servicios.
Los encargados y propietarios de estos comercios claman al Ejecutivo que les permitan abrir sus santamarías para sobrevivir y también ofrecer alternativas a su clientela, a su vez, mantener esa cartera de clientes, pues aseveran que luego que pase la cuarentena y el aislamiento no se podrán mantener en el mercado. Algunos estiman que están al borde de un cierre definitivo y advierten que al terminar la cuarentena es posible que no abran nuevamente sus puertas.
De igual forma, los trabajadores de estos comercios no esenciales claman que sus empresas esten abiertas al público y poder percibir salarios «nadie te paga por estar en tu casa, la mayoría no hace trabajo remoto», expresó la empleada administrativa de una tienda que vende enseres para carnicerías, supermecados, restaurantes, entre otros.
Manifestaron que están dispuestos laborar bajo las condiciones estrictas de prevención para evitar el contagio y propagación del Covid-19.
Recalcan, que el prolongado cierre de los comercios y empresas por la pandemia obligó a los dueños de establecimientos a utilizar sus ahorros para cancelar compromisos con sus empleados y satisfacer sus necesidades básicas. Los pequeños comerciantes de la Zona Libre serán los más perjudicados.
La situación afecta de manera directa a aquellos comercios que no pertenecen a las áreas priorizadas como alimentación y salud. «Se trata de comercios que a pesar de no estar operativos igual deben cumplir con los gastos impuestos por el municipio», reveló una encargada de una zapatería de Punto Fijo.
Cactus24 (26-04-2020)