¿Sueles acostarte con las luces ya apagadas y echarle un vistazo a la tableta, a la laptop o al móvil para comprobar si se ha comentado algo en el grupo de WhatsApp?
Es un hábito muy extendido que muchas personas practican a diario, pero que puede tener consecuencias negativas, físicas y mentales. No solo por la exposición a la luz de los dispositivos, sino por los contenidos e información que recibe nuestra mente y su impacto en nuestro bienestar emocional.
El término ‘vamping’ surge de las palabras inglesas ‘vampire’ (vampiro, un ser fantástico que está activo por la noche) y ‘texting’ (enviar mensajes de texto a través de aparatos electrónicos), según la Asociación de Internautas.
La Clínica Universidad de Navarra (España) advierte que este «fenómeno tecnológico» produce una alteración del sueño que influye en su calidad y en el apetito, ya que aumenta la sensación de hambre e induce a comer más, sobre todo dulces.
El problema de usar pantallas antes de dormir reside en la luz azul de onda corta emitida por los aparatos electrónicos. Para conciliar el sueño, nuestro cerebro comienza a producir melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño, unas dos horas antes de irnos a dormir.
El ‘vamping’ es un fenómeno nuevo que va en aumento en los últimos años, sobre todo entre adolescentes, pero también los niños, que tienen móviles siendo cada vez más jóvenes.
Además, la reducción de horas de sueño aumenta el cansancio y no estamos tan activos, lo que a largo plazo también afecta el peso.
El ‘vamping’ también puede alterar el sueño por el tipo de contenido e información que recibimos. Los audios, imágenes y videos nos pueden alterar y causar ansiedad, preocupación, malestar y tensión. Los chats o grupos de WhatsApp pueden ser plataformas de conflictos y malentendidos, provocando largas conversaciones, discusiones y tensiones. Esto nos quita la tranquilidad para conciliar el sueño.
Para lograr un mejor descanso se recomienda no llevar dispositivos electrónicos como móviles o tabletas a la cama, así como evitar usarlos en los momentos previos al sueño. Incluso desaconseja tener televisión en la habitación.