Para todos aquellos que han estado bajo las luces de un estudio, sea de televisión o fotográfico, saben el peso tan importante que tienen quienes están detrás de cámaras y ese ha sido el papel de Blanca Fiorillo, toda su vida.
Blanquita como cariñosamente le dicen es caraqueña, venezolana y desde niña, con apenas doce años de edad se dio cuenta de que su pasión eran los colores, las paletas y los polvos: un estuche de maquillaje. La inquietud de aquella adolescente fue creciendo hasta que se confabuló, como ella misma sostiene, con un grupo de amigas de la época a quienes empezó a maquillar para las fiestas. Fiorillo, muy entusiasmada recuerda que una vez que se graduó de bachiller le dijo a su mamá que quería hacer un curso profesional de maquillaje. Así lo hizo.
«Estudié maquillaje pero estaba convencida de que había que abordar otros temas para complementar la carrera así que también decidí estudiar diseño de modas: peinados, modelajes… Me gradué en todo porque yo sabía lo importante que es ser integral». Recuerda que sus primeros trabajos profesionales fueron en una agencia de publicidad donde aprendió mucho.
“Seguía haciendo cursos de maquillaje, efectos especiales y de caracterización- eso asegura- detonó en mí la pasión definitiva por este arte ya que a través de esta técnica pude lograr transformaciones ideales”. Con entusiasmo Blanca afirma sin duda que le encanta “acomodar los desastres que uno físicamente pueda tener, lo que se logra con un buen maquillaje de caracterización”.
Explica que “no es lo mismo la caracterización de un personaje que ejecutar un maquillaje de efectos especiales”. En este último caso dice que los efectos especiales pueden tapar una cicatriz.__ Se requiere, de mucha precisión, estudios e innovación, precisa. La pasión de Blanca no solo se limitó a las agencias de publicidad, la vida la llevó a los estudios de televisión: CMT (desaparecido canal metropolitano) y Televen donde desarrolló la mayor parte de su carrera maquillando, caracterizando y ejecutando efectos especiales en las distintas producciones en vivo de la planta televisa.
En el llamado canal de la bolita su nombre es sinónimo de profesionalidad y amistad. Pero para esta maquilladora la vida no ha sido nada fácil son muchas pruebas las que ha tenido que sortear tanto en su vida profesional como personal. Para ingresar a Televen le realizaron pruebas de maquillaje y las superó, pero las pruebas también las tuvo con su emprendimiento.
En la década de los 90 amparada por su sólida carrera profesional y el aprendizaje profundo en cosmetología y masajes monto su propio negocio: un Spa en Los Palos Grandes donde su oferta principal era el arreglo de novias que comprendía vestido, peinado y maquillaje. “Fue una época muy buena el negocio iba viento en popa pero los cambios políticos incidieron en las ventas y finalmente al llegar al punte de quiebre cerré mi sueño (la taguarita como le decía yo) pero no así mi esperanza de continuar en lo que me apasiona.
“Para Blanca han sido muchos los “comenzar desde cero”, pero los ha enfrentado cada uno con una sonrisa. “Cuando recién se levantaba de esa caída siempre maquillando recibió la peor noticia: padecía cáncer a nivel de la retrofaringe. En lugar de “echarse a llorar” asegura que hizo todo lo que le recomendaron. “Sin abandonar mi tratamiento oncológico seguí trabajando. Inicié terapia psicológica hasta que un día el doctor me anuncio que había vencido el cáncer”
Desde el año 2010, Blanca ya liberada del cáncer hizo todo lo que en maquillaje puede llegar a hacer persona alguna. Sus lecciones, risas, tristezas, consejos y hasta quejas eran el pan de cada día en la sala de maquillaje de Televen, donde se concentraba su vida, hasta que un día, ya en el año 2018, en su casa, y a pocas horas de levantarse para asistir religiosamente a su trabajo sintió un fuerte dolor en el cuello que ella definió como una tortícolis. “No aguantaba el dolor en la espalda, casi no podía caminar y cuando acudí al médico este me informo que era un absceso en la retrofaringe que me aprisionaba la base del cráneo y por eso no podía moverme”.
La familia Televen se movilizó buscando los recursos monetarios para su operación, la campaña se hizo evidente en las redes sociales y hoy día Blanca está en pleno proceso de recuperación, aferrada a la vida. Y así es, visitamos a Blanca en su casa ubicada al este de Caracas. Allí su hermosa familia tiene prácticamente levantado un servicio médico para su mejoría. A pesar de que aún está en una silla de ruedas y que enfrenta una infección leve Blanca sonríe. Admite que pocas veces ha querido tirar la toalla pero su amor por la vida y el amor que día a día le muestran sus familiares, amigos y compañeros de trabajo se lo impiden.
Blanca no tiene miedo y formula un llamado a quienes como ella han enfrentado duras pruebas en la vida, en especial a las mujeres: “El miedo hay que enfrentarlo porque lo lógico es pensar, vivir y sentir las cosas bellas que tiene la vida. Lamentablemente no tengo hijos, pero sí una familia maravillosa por la que vivir, porque la vida vale la pena vivirla”.
“Todo lo que te pase así sea malo es una lección que hay que superar y buscarle el lado positivo y hasta jocoso”. Por ejemplo, “de esta enfermedad perdí 25 kilos lo cual mejoró mi salud ya no soy una mujer gorda”. Dejamos a Blanca rodeada del amor de su familia, de un enfermero que vela por su sueño y más convencida que nunca de que el que quiere puede. Le deseamos una pronta recuperación a esta mujer guerrera de indudable sello venezolano, con una historia digna de ser contada en #MarzoDeMujerCactus24.
Cactus24 (08/03/2020)