La economía global se acelerará ligeramente y crecerá un 2,5 % en 2020, después de que en 2019 tuviera el peor ritmo de crecimiento de la década (2,3 %), destacó hoy Naciones Unidas en un informe de perspectivas donde reclama una urgente transición energética para hacer frente al cambio climático.
Aunque las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos o las fricciones geopolíticas serán factores de riesgo que amenacen al crecimiento, la ONU confía en que esta aceleración prosiga en 2021, con un ascenso del PIB global del 2,7 %.
En el informe, elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), se proyecta que la Unión Europea crezca un 1,6 % en 2020, tras hacerlo un 1,4 % en 2019, mientras que las otras dos grandes economías mundiales, China y EEUU, ralentizarán su crecimiento.
Mientras los economistas de la UNCTAD prevén que el gigante asiático baje su ritmo desde el 6,1 % de 2019 al 6 % en 2020, estiman que el freno de EEUU será más acentuado y pasará de un aumento del PIB del 2,2 % durante el pasado ejercicio al 1,7 % en el que acaba de comenzar.
El crecimiento global de 2020, en opinión del director de Globalización y Estrategias de Desarrollo de la UNCTAD, Richard Kozul-Wright, «dependerá del comportamiento de grandes economías emergentes que han sufrido mucho en los últimos dos años, como Argentina, México, Turquía o Rusia».
En algunas de esas economías se prevén fuertes alzas del ritmo de crecimiento, como en el caso de México (del 0 % de 2019 al 1,3 % en 2020) y Argentina, para la que se pronostica un cierto alivio de su recesión, con una caída del PIB del 1,3 % este año tras sufrir un descenso del 3 % en 2019.
Los expertos de la ONU piden en este informe responder a las incertidumbres económicas que persistirán en 2020 con respuestas más equilibradas que las actuales y que combinen política fiscal y monetaria, tras una pasada década en la que se dependió excesivamente de la intervención sobre las divisas nacionales.
UNCTAD incluye un extenso capítulo del informe a la transición energética, en el que reconoce que la mejora de la calidad de vida en el planeta desde el pasado siglo ha dependido enormemente de la depredación de recursos naturales y el uso de combustibles fósiles, «un modelo económico que ya no es viable».
«Cambiar el uso de fuentes de energía es la única manera de cortar los lazos entre la economía y las emisiones de gases de efecto invernadero», concluye la ONU, para señalar que el mundo sigue sin darse cuenta de lo urgente que es este cambio.
Cactus24 16-01-20