En la despedida internacional de Mauricio Macri, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo un llamado al gobierno argentino que comenzará el 10 diciembre.
En Bento Gonçalves, la pintoresca ciudad serrana del sur brasileño en la que el Mercosur celebró su cumbre semestral de presidentes, el jefe de Estado brasileño, rodeado de seis de sus principales ministros, llamó a continuar con la tendencia de apertura económica del bloque aduanero sudamericano, e insistió en avanzar a una rápida rebaja de aranceles para mejorar la competitividad de la región.
El mensaje tenía como destinatario principal a un actor ausente en la sala de debates de los jefes de Estado: el gobierno argentino que comenzará el 10 de diciembre, cuyas eventuales políticas proteccionistas preocupan a la administración brasileña, comprometida con una agenda de reformas económicas de cuño liberal.
“Avanzamos mucho en la agenda de reformas estructurales para recuperar credibilidad y mejorar las cuentas públicas para crear un ambiente de negocios para atraer inversión. Estamos dedicados ahora a nueva ronda de reformas para modernizar al Estado brasileño. La renovación del Mercosur viene teniendo un papel central para eso”, dijo Bolsonaro.
“Hay una apertura de Brasil al mundo. Tenemos que asegurar que los acuerdos de comercio del Mercosur con la Unión Europea y el EFTA (el área de libre comercio formada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) sean implementados con rapidez”, pidió el brasileño, llamando también a la unión aduanera a avanzar para eliminar “los aranceles excesivos que afectan la competitividad” porque “Brasil confía en la apertura comercial como herramienta de progreso”.
Macri respaldó ese mensaje aperturista y, junto a los salientes ministros Hernán Lacunza, Dante Sica y Jorge Faurie, aseguró que “el 70% de los argentinos creemos en una integración inteligente al mundo. Invito a que sigamos apostando todos a este trabajo que venimos realizando”.
El gobierno de Brasil trabajó para que en la cumbre de Bento Gonçalves se pudiera dar a inicio a un cronograma de liberalización comercial con una reducción del Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, pero los procesos electorales en Argentina y Uruguay demoraron la iniciativa.
Macri dejó claro que apuesta a que Argentina mantenga un rumbo integracionista pese a las divergencias ideológicas entre Bolsonaro y Alberto Fernández. “No existe futuro para Argentina ni para ningún país de la región sin una integración inteligente. Este proceso de integración regional debe seguir profundizándose”, dijo, antes de, a modo de despedida, ser aplaudido por Bolsonaro; el presidente de Paraguay, Mario Abdo; y la vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky.
En referencia a las convulsiones de América del Sur, el saliente presidente argentino pidió también la celebración de elecciones generales en Bolivia y manifestó solidaridad con Chile, convocando al diálogo y repudiando “el uso de violencia anárquica que no es parte de la vida democrática de una nación”.
También condenó “los atropellos de Nicolás Maduro” y manifestó su esperanza de que en la región “sigamos batallando para que se restablezca la democracia en nuestra querida Venezuela”, señaló.
En la cumbre, los presidentes firmaron compromisos de cooperación policial para la seguridad pública y de facilitación de trámites aduaneros. Sin embargo, en la sala donde se realizaron los debates entre los mandatarios, en un lujoso hotel rodeado de viñedos en la sierra de Rio Grande do Sul, todos los mensajes se dirigieron a los actores que se sumarán al bloque a partir del 10 diciembre.
“No podemos perder tiempo, necesitamos un Mercosur más eficiente, sin aceptar retrocesos ideológicos”, resumió Bolsonaro. El presidente Mario Abdo lo acompañó: “Tenemos que construir puentes, no murallas entre nosotros”, dijo el paraguayo.//Información de El Clarín.
Cactus24 (5-12-2019)
