Tanta sorpresa como la primera visita del presidente de Estados Unidos a Afganistán ha causado el anuncio de que su país ha reemprendido el diálogo con los fundamentalistas. Donald Trump ha puesto pie en la base militar de Bagram sin anuncio previo, aunque acompañado del presidente afgano en funciones, Ashraf Ghani, para visitar a las tropas desplegadas en el país en guerra con motivo del Día de Acción de Gracias.
Hace poco más de dos meses que el mismo Trump dio por «muertas» las negociaciones con los talibán, poco después de un atentado en el que murieron 12 personas, entre ellas un soldado estadounidense.
«Los talibán quieren llegar a un acuerdo. Veremos si es así. Si lo hacen, lo hacen, y si no lo hacen, pues no. Está bien», ha comenzado Trump, ante un grupo de cerca de un centenar de compatriotas militares, a los que ha elogiado llamándolos «valientes soldados americanos».
«Hemos estado diciendo que debe haber un alto al fuego, y ellos no querían un alto al fuego», ha recordado luego. «Ahora ellos quieren un alto al fuego. Yo creo que probablemente funcionará así».
Ghani se ha referido a Trump como «el arquitecto» de la estrategia para «aniquilar Al Qaeda» en Afganistán. También le felicitó por la muerte del líder del Estado Islámico, Abu Bakr Bagdadi.
Un cese de las hostilidades entre el principal grupo armado insurgente y las fuerzas de seguridad afganas se ha considerado siempre la base de toda negociación para acabar con la guerra que asola Afganistán desde 2001, año en que el gobierno talibán fue derrocado por una coalición internacional, con apoyo de algunas milicias afganas. Sin embargo, los talibán no han reconocido hasta hoy al actual Ejecutivo afgano como un interlocutor válido, y han mantenido su desafío sin apenas tregua.
Estados Unidos, Rusia, Pakistán, Qatar e incluso, esta misma semana, Irán han dialogado con los talibán en busca de un entendimiento, algo que Kabul ha criticado vehemente, porque, a su entender, tamaños reconocimientos fortalecen a los extremistas, que aspiran a recuperar al menos una parcela de poder y a conseguir el repliegue total de las tropas estadounidenses de suelo afgano.