La cuenta oficial del Cuerpo de Bomberos de Santiago de Chile en Twitter fue hackeada este sábado y usada para publicar una serie de amenazas contra el presidente del país, Sebastián Piñera.
La propia entidad confirmó en sus redes el ataque digital. “La cuenta institucional de Twitter fue hackeada y cambiada de nombre, generándose posteriormente mensajes en contra de autoridades e instituciones y, para lo cual ya se procedió a denunciar su mal uso”, señaló en un comunicado, mientras se realizaban las gestiones para retomar el control del usuario.
Posteriormente, las autoridades informaron de la recuperación de la cuenta en la red social “en su totalidad” y han mostrado su disposición a seguir informando a través de la misma de sus actividades.
En los mensajes, ya eliminados, se llamaba a matar a Piñera y se ofrecía un incentivo económico a través de bitcoins para quien cometiera el acto.
“Un asesinato puede salvar a un país entero de la pobreza, corrupción, delincuencia”, afirmaba uno de los mensajes apócrifos. Además, había amenazas contra la familia del mandatario.
Los mensajes prácticamente idénticos a unos publicados el viernes en los que se amenazaba al presidente argentino Mauricio Macri, desde la cuenta hackeada de la Universidad Torcuato Di Tella.
Esta semana, Piñera reconoció que la Policía de Chile incumplió protocolos de uso de la fuerza y afirmó que la justicia determinará si violaron los derechos humanos, mientras Amnistía Internacional denunció una “política deliberada” para castigar a manifestantes durante las protestas que no cesan.
Las protestas estallaron el 18 de octubre y se saldan con 23 muertos. El Instituto Nacional de Derechos Humanos reporta unos 2.000 heridos, mientras que organizaciones sanitarias afirman que más de 280 personas sufrieron daño ocular severo por perdigones.
En los últimos días las manifestaciones callejeras no han sido masivas, pero focos de violencia se intensificaron en Santiago y comunas periféricas, cuyos habitantes vivieron el jueves otra noche de horror, reseña Infobae.
La violencia había disminuido tras el acuerdo que el Congreso alcanzó hace una semana para elaborar una nueva Constitución, pero su recrudecimiento llevó al gobierno a volver a pedir calma.