La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, reconoció este viernes que sus primeros diez días en la Presidencia del país han sido «muy difíciles» por sucesos como los de la ciudad de El Alto, donde se mantiene una protesta en su contra que complica la provisión de combustible a la vecina La Paz.
Añez dijo en un contacto con periodistas en el palacio de Gobierno en La Paz que ha sido un tiempo «difícil» principalmente por las protestas en El Alto, la segunda ciudad más poblada del país.
PROBLEMAS DE DESABASTECIMIENTO
El pasado martes en un operativo militar y policial frente a una refinería en esa ciudad vecina de La Paz perdieron la vida ocho civiles por disparos, cuya autoría se investiga mientras el Gobierno de Áñez niega que fueran del Ejército.
«Les pido por favor reflexionen, permitan que baje el combustible (hasta La Paz), la necesidad es generalizada», pidió a los grupos que mantienen una protesta en la planta de combustibles de Senkata en El Alto.
Áñez manifestó que el desabastecimiento, que lleva varios días y que ha generado que existan largas filas en surtidores de combustible, no se debe a la falta de reservas, sino a la protesta instalada frente a la refinería.
«No es posible castigar a la ciudad de La Paz con un cerco que desde todo punto de vista es innecesario», remarcó.
Los bloqueos en carreteras hacia La Paz también ha dificultado que alimentos como carne de res y pollo, huevos y vegetales no lleguen regularmente a mercados de ambas ciudades, con el efecto de un alza considerable de precios de los pocos productos que se encuentran.
El bloqueo en la planta de combustibles de Senkata ha representado para el Gobierno interino de Bolivia uno de los conflictos más complejos desde que Áñez asumió la Presidencia hace diez días.
La protesta que aún está en pie en Senkata pide la renuncia de la presidenta interina y el repliegue inmediato de las fuerzas armadas.
LA NECESIDAD DE CONSENSO
Parte de la solución a la crisis que vive Bolivia se espera que salga en los acuerdos que puedan emanar del Legislativo para una próxima convocatoria a lecciones.
La negociación se mantiene entre parlamentarios de partidos opositores, como la Unidad Demócrata, de Áñez, y el Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, que tiene mayoría de dos tercios en el Parlamento.
La mandataria interina expresó un disposición a consensuar entre todos una norma que acelere la convocatoria de elecciones, «eso es urgente», pero si no se logra ese consenso, recordó que su Gobierno «tiene alternativas».
Jeanine Áñez ha advertido que podría llamar a elecciones por decreto, como sucedió en 2005 cuando el entonces presidente Eduardo Rodríguez Veltzé recurrió a esa vía en una crisis similar, en unos comicios que llevaron al poder a Evo Morales.
Bolivia lleva sumida en un grave conflicto desde el día después de las elecciones del pasado 20 de octubre, cuando comenzaron las denuncias de fraude a favor de Evo Morales, que fue proclamado después vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
El pasado 10 de noviembre la Organización de Estados Americanos advirtió en un informe graves irregularidades en los comicios y Morales anunció su renuncia, presionado por las Fuerzas Armadas, para al día siguiente salir asilado hacia México.
La renuncia de Morales es calificada de «golpe de Estado» por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos, mientras que otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Áñez y parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.
Cactus24 22-11-19