El 26 de octubre de 1864 nació en Isnotú el doctor José Gregorio Hernández, recordado por sus valiosos aportes al campo de la medicina y por su calidad humana al atender a los enfermos más necesitados.
El pueblo de Venezuela lo considera uno de sus santos más extraordinarios, pues consagró su vida al cuidado de los pobres y a quienes necesitaron de él.
Son muchos los testimonios los que le atribuyen milagros y curaciones sorprendentes, por eso desde 1940, el Vaticano comienza a estudiar el caso del doctor José Gregorio y en enero de 1986 el Papa Juan Pablo II le asigna la jerarquía católica romana de Venerable.
El 26 de junio de 1919 el doctor José Gregorio salió a atender a los enfermos como era su costumbre, ese día se dirigió a La Pastora y luego de examinar a un paciente decidió ir a comprar las medicinas que requería.
Al salir de una farmacia, fue golpeado por un automóvil en la esquina de Amadores y Uparal en el centro de Caracas.
Sus restos fueron inicialmente enterrados en el Cementerio General del Sur, luego en 1975 fue trasladado a la Iglesia de la Candelaria donde reposa desde entonces. En su honor el Instituto de Medicina Experimental de la Universidad Central de Venezuela lleva su nombre.