Fuertes detonaciones y ráfagas de armas de fuego sacudieron el jueves varias zonas de la ciudad mexicana de Culiacán, cuando fuerzas de seguridad arrestaran momentáneamente al hijo menor de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Las fuerzas de seguridad chocaron con el capo en una casa donde lo detuvieron brevemente, dijo a Reuters el secretario de Seguridad del gobierno federal, Alfonso Durazo, explicando que se tomó la decisión para proteger vidas.
Los comentarios de Durazo siguieron a otra declaración suya en Twitter que no aclaraba completamente si Ovidio Guzmán aún estaba bajo custodia, luego de horas de intensos enfrentamientos armados en la ciudad norteña de Culiacán.
El funcionario federal indicó que la breve detención se llevó a cabo luego de una agresión a elementos de seguridad.
El caos que provocó el arresto fallido también dejó como resultado un número indeterminado de heridos y la fuga de presos de una cárcel de dicha localidad.
Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública estatal, confirmó la fuga de más de 20 reos de la prisión de la ciudad, aunque algunos fueron detenidos poco después, agregó el funcionario.
Videos y fotografías divulgadas por medios locales, mostraban camionetas con civiles armados y ametralladoras de alto calibre e intensas balaceras.
Sinaloa es la cuna del cártel del mismo nombre y cuyo líder, Joaquín “El Chapo” Guzmán, está encarcelado en Estados Unidos tras ser sentenciado a cadena perpetua por narcotráfico.
Con la tercera y última detención de “El Chapo” en 2016, hubo una lucha por el control del grupo que fue desactivada con el encarcelamiento de Dámaso López Núñez y su hijo, Dámaso López Serrano. El primero fue capturado en México y el segundo se entregó voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos.
El diario La Voz de América detalló que los expertos coinciden en que las riendas del cártel, que sigue operando a pesar del encarcelamiento de su líder, están en manos de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador de la organización criminal hace tres décadas, y de dos de los hijos de El Chapo, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán.
A Alfredo Guzmán Estados Unidos lo acusa de tráfico de drogas en Chicago y fue objeto de un secuestro por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación en 2016, en lo que los expertos consideraron un intento de esta organización por entrar en Sinaloa.
Pero otros dos hijos del capo están también en el radar de las autoridades estadounidenses: Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, acusados de distribuir cocaína, metanfetaminas y marihuana de México a ese país desde 2008 a 2018, de acuerdo al Departamento de Justicia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en breves declaraciones a la prensa, indicó que el gabinete de Seguridad estaba reunido el jueves por la tarde y que serían ellos expresamente los que informarían sobre lo sucedido en Culiacán.
“El llamado a la población en estos momentos es a mantener la calma, a no salir a las calles y a estar muy pendientes de avisos oficiales sobre la evolución de estos acontecimientos”, indicó el ejecutivo sinaloense en un comunicado. “Hay un trabajo contundente de las Fuerzas Armadas en bien de la seguridad de Sinaloa y de México”.
Cactus24 (18-108-2019)