El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que su gobierno está considerando seriamente acabar con el derecho a la ciudadanía para los niños nacidos de padres extranjeros y para las personas que emigraron al país de manera irregular.
“Estamos considerando eso muy seriamente, la ciudadanía por nacimiento, donde (…) cruzas la frontera, tienes un bebé y felicidades, tu bebé es ahora un ciudadano de EE.UU…. es francamente ridículo”, dijo Trump a los medios al salir de la Casa Blanca.
No es la primera vez que el presidente ha hablado sobre acabar con este derecho inscrito en la Constitución. El año pasado, Trump dijo al portal de noticias Axios que la eliminaría por medio de una orden ejecutiva.
El derecho a la ciudadanía por nacimiento está recogido en la enmienda 14 de la Constitución, donde se lee que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos (…) son ciudadanas” del país. La enmienda fue agregada a la carta magna en 1868 para abolir la esclavitud y dar derechos legales y civiles a los afroamericanos.
Desde entonces, ha sido interpretada como la ley que concede ciudadanía a la mayoría de personas que nacen en Estados Unidos, aunque sus padres no sean ciudadanos o vivan ilegalmente en el país.
Más de 30 países en el mundo conceden el derecho a la ciudadanía por nacimiento, incluyendo la mayoría de naciones Latinoamericanas y Canadá. Aunque varios países de Europa no conceden de manera automática ese derecho por nacimiento, tienen leyes que permiten a los hijos de padres extranjeros adquirir la nacionalidad.
En Italia, por ejemplo, los hijos de padres extranjeros pueden acceder a la ciudadanía al cumplir los 18 años. En España, si uno de los padres es español, los niños la obtienen instantáneamente; pero si ambos son extranjeros, los menores pueden pedir la nacionalidad después de un año de residir en el país.