El canciller panameño, Alejandro Ferrer, reveló este viernes que 16 militares venezolanos que participaron el pasado 30 de abril en un intento de alzamiento contra el Gobierno de Nicolás Maduro permanecen desde ese día en la Embajada de Panamá en Caracas en calidad de huéspedes.
«Desde el 30 de abril se mantienen en la embajada de Panamá en Caracas 16 militares venezolanos que participaron en el intento de golpe de esa fecha», declaró a la cadena local TVN el ministro de Relaciones Exteriores del nuevo Gobierno panameño, que encabeza el presidente Laurentino Cortizo.
Ferrer dijo que se trata de una «situación delicada que requiere un manejo responsable», tras explicar que su Gobierno recibió «hace unos días» una nota de la Cancillería venezolana en la que denuncia que los militares «continuaron en junio», ya hospedados en la legación diplomática, «en planificación y en actividades» contra Maduro.
En esa misiva del Gobierno de Maduro «inclusive preguntan cuál fue el papel de funcionarios del gobierno de la República de Panamá en esos hechos», precisó el canciller panameño.
«Estamos confiados en que ambas partes vamos a manejar (la situación) respetando las normas del derecho internacional que, por un lado, implican un respeto a la integridad de nuestra sede diplomática, al personal panameño y de las de las personas que se encuentran allí», afirmó Ferrer.
Esas normas del derecho internacional también implican que «la embajada no sea utilizada para otro fin que no sea» el de una sede diplomática, añadió el canciller de Panamá.
Panamá es uno de los más de 50 países que reconocen al líder del Parlamento venezolano, el opositor Juan Guaidó, como mandatario interino de Venezuela, como él mismo se proclamó el pasado 23 de enero después de que Nicolás Maduro asumiera un segundo mandato presidencial consecutivo emanado de unas cuestionadas elecciones en las que no participó la oposición por falta de garantías.
El presidente Cortizo dijo el pasado 8 de julio a la cadena estadounidense CNN en Español que su país está abierto para ser la sede de un «diálogo serio, con fecha de cumpleaños» (con fecha definida de su final) entre las partes en conflicto en Venezuela, y que la solución del mismo pasa «por un gobierno provisional y fecha para unas elecciones democráticas».
La crisis venezolana, caracterizada desde hace años por escasez de productos básicos y medicinas, una hiperinflación histórica, destrucción del aparato productivo y una inseguridad que deja más de 20.000 muertos cada año según datos de ONG, entró en una etapa de agudización con la asunción del segundo mandato consecutivo de Maduro y la proclamación de Guaidó como gobernante interino.
Esta etapa incluyó el fallido levantamiento militar contra Maduro del pasado 30 de abril, así como la imposición de sanciones internacionales a altos funcionarios de su Gobierno por parte de Estados Unidos, que ha dicho que analiza todos los escenarios para apoyar la salida de la «tiranía» del país.
Maduro y Guaidó han iniciado un proceso de diálogo que ha tenido varios escenarios internacionales sin que se haya llegado a una solución a la crisis.
Millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años a raíz del conflicto interno, lo que ha sido calificado por la ONU como una de las más grandes crisis migratorias que ha vivido el continente en décadas.
Cactus24 19-07-19