La clarinetista venezolana Karen Palacios, -a quien le negaron un contrato y luego fue arrestada por no estar de acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro-, fue liberada el martes después de 45 días en la cárcel.
La joven de 25 años había sido trasladada a la prisión militar y encerrada junto a los principales críticos del gobierno por violar la subjetiva ley contra el odio.
Su delito fue publicar un mensaje en redes sociales mostrando su frustración por su despido de la Filarmónica Nacional, financiada por el Estado, donde había debutado recientemente como primer clarinete.
Un juez había ordenado su liberación inmediata hace un mes, pero se concretó finalmente el martes.
“Soy libre, soy libre”, dijo a la salida del penal donde la esperaban familiares y amigos.
Según información obtenida por la Voz de América, Karen Palacios fue liberada bajo medida cautelar de presentación y tiene prohibido declarar a los medios o emitir comentarios en las redes sociales.
Su caso llamó la atención de las Naciones Unidas, que señaló este mes en un informe el creciente uso que hace el gobierno de las detenciones arbitrarias para intimidar a sus oponentes y para reprimir la libertad de expresión.
El clarinete es su antídoto
En 2014, Palacios fue diagnosticada con el síndrome Asperger y encontró en su obsesivo estudio de la música clásica un antídoto natural a sus frecuentes episodios de depresión.
La madre de Palacios, Judith Pérez, contó a la agencia AP la angustia de su hija durante la prisión: “Se me parte el alma porque yo sé que ella necesita su clarinete. Eso es lo que la tiene mal”, dijo poco antes de que fuera liberada.
Sus vecinos también la extrañaban. Solía ensayar al libre en un solar polvoriento desde el que se divisan las verdes colinas de Caracas.
El sueño de Palacios, para el que preparaba una audición en el momento de su detención, era ingresar en la Orquesta Simón Bolívar, el emblema del mundialmente conocido sistema de jóvenes orquestas venezolanas.
Cactus24 (17-07-2019)