En los pocos días transcurridos de julio, las mafias demostraron quién tiene el control de los municipios La Cañada de Urdaneta y Jesús Enrique Lossada, en el estado Zulia.
Lanzaron granadas, robaron carros, extorsionaron y tirotearon vilmente a una docena de hombres, dos mujeres y a un niño, de 10 años. En un intento por frenar el crimen en las dos localidades, Omar Prieto, gobernador de la entidad, anunció la conformación de un Grupo Antiextorsión y Secuestro en la región. Lo conformarán funcionarios de la Guardia nacional, la Policía regional y la Policía Nacional Bolivariana.
A pocas horas del anuncio de la nueva medida de seguridad, el hampa volvió a arremeter contra un ciudadano del municipio Lossada. A Leonel Enrique Rubio, de 23 años, lo asesinaron en el sector El Curarire. Los pistoleros usaron la misma modalidad de los crímenes anteriores, llegaron dos jóvenes en motocicleta, acribillaron a su víctima y huyeron. La Policía científica alegó que se trataba de un ajuste de cuentas, vincularon al occiso al robo de vehículos y dieron por concluidas sus labores.
Con el deceso de Rubio suman dos homicidios en el mes y un atentado contra un representante del gobierno local. Francisco Díaz, coordinador de los CLAP en Lossada, aún no se recupera por completo de sus heridas. Permanece en una clínica de Maracaibo luego de que lo tirotearan el 7 de julio cerca de su casa, en el sector Las Cabrias. Aún agonizaba cuando lo encontraron sus parientes, actuaron con diligencia y lograron estabilizarle sus signos vitales.
En La Cañada de Urdaneta, los tiroteos han sido más frecuentes y contundentes. Los sicarios no miden las edades ni el sexo de sus víctimas, arremeten sin piedad y no huyen hasta cerciorarse de que estén muertos. El fin de semana asesinaron a dos parientes, Yeferson Jesús Soto Nava (10) y Enderson Urdaneta Nava (18); y a un amigo de estos, Julio César Medina Parra, en el sector Sabana Pérdida. Antes de las 24 horas dieron un segundo golpe, acribillaron a las primas Érika del Carmen Meleán (37) y Diana Cordero Pérez (37), en el sector Los Pozos.
Frente a esta desatada violencia, Prieto aseguró que se trata de una lucha por el control de las localidades y ajustes de cuentas entre ellas. Se comprometió a ir detrás de sus cabecillas, entre ellos el “Chamut” en Lossada; sus testaferros y las entidades financieras a través donde manejan sus recursos.