China defendió hoy ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU su controvertida reclusión de cientos de miles de personas en la región de Xinjiang (noroeste), que justificó en la lucha contra el yihadismo, e invitó a la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a visitar la zona.
«Invitamos sinceramente a la alta comisionada y a representantes del Consejo de Derechos Humanos a realizar visitas de trabajo a Xinjiang para conocer de verdad una región bella y hospitalaria», declaró el vicegobernador regional, Erken Tuniyaz, de la etnia musulmana uigur, en la apertura de la sesión de hoy del Consejo.
La intervención del vicegobernador generó gran expectación en Ginebra, al ser la primera vez que un alto cargo de China comparecía ante Naciones Unidas para dar explicaciones sobre el confinamiento, según grupos de derechos humanos, de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en campos de reeducación de Xinjiang.
Tuniyaz argumentó que se trata de «centros de formación vocacional» creados para «educar a aquellos influidos por el extremismo religioso que cometieron pequeños delitos» con el fin de evitar que «se conviertan en presas del terrorismo».
Xinjiang, región vecina a Asia Central y ligada culturalmente a los pueblos de esa zona, sufrió según el vicegobernador desde los años 90 hasta 2016 la influencia de «fuerzas separatistas, terroristas y extremistas internas y externas que cometieron miles de ataques violentos y provocaron muchas muertes de inocentes».
Desde la creación de los centros «no ha habido ningún ataque terrorista violento en Xinjiang, y la diseminación del extremismo se ha contenido eficazmente», recalcó el vicegobernador.
Frente a denuncias de activistas de derechos humanos en las que se asegura que en estos centros se recluye forzosamente a familias enteras para que renuncien al islam, Tuniyaz afirmó que en ellos se respetan sus creencias y que «pueden regresar a sus casas de forma regular y solicitar ausentarse de ellos cuando lo necesitan».
También acusó a «determinados gobiernos, ONG y medios de comunicación de ignorar el progreso de Xinjiang y criticar maliciosamente las medidas contra el terrorismo inventando historias y fabricando noticias falsas».
Algunas de esas informaciones críticas señalan que China está creando con ayuda de altas tecnologías tales como el reconocimiento facial o el «big data» una red de seguridad que invade la privacidad y afecta a la vida cotidiana de uigures y otras minorías.
Tuniyaz admitió el uso de tecnologías como el análisis de grandes cantidades de datos para combatir el crimen, aunque aseguró que estas medidas «no están dirigidas específicamente contra ninguna religión o grupo étnico».
En la víspera del discurso del vicegobernador, activistas uigures se manifestaron en las inmediaciones de la sede europea de Naciones Unidas en Ginebra para denunciar los masivos encierros en Xinjiang, mostrando fotos de cientos de familiares y amigos desaparecidos por las controvertidas políticas de Pekín.
Los manifestantes corearon lemas como «China terrorista», «cerrad los campos de concentración», y calificaron al presidente chino Xi Jinping de «fascista», ondeando la bandera azul y blanca del Turkestán Oriental, el estado independiente que reivindican los grupos uigures en el exilio en la zona que hoy ocupa Xinjiang.
Cactus24 25-06-19