Antes de que Pablo Escobar falleciera baleado en un tejado de un exclusivo sector de Medellín, Colombia, el 2 de diciembre de 1993, realizó una llamada a María Isabel Santos, en donde le aseguró que todo estaría bien, pero en realidad se estaba despidiendo pues había tomado la decisión de suicidarse.
“Se suicidó porque él tenía que elegir. Él se dio cuenta que si él no se suicidaba, a nosotros nos mataban y por eso tomó la decisión”, confesó Santos en una entrevista exclusiva para la cadena Telemundo.
La viuda de Pablo Escobar explicó que supieron que había tomado esa decisión desde el día en que ocurrió, pero su hijo Sebastián realizó una investigación y lo publicó en su libro “Pablo Escobar: mi padre”.
“Yo estuve hablando con Pablo dos o tres minutos antes de su muerte, cuando él ya cierra con su frase final, me dice: ‘Tranquilita, mi amor, que yo lo que estoy haciendo es por ustedes, ya pasamos lo más difícil y vamos a empezar una vida nueva’”, reveló la mujer.
Para María Isabel, su esposo tenía una idea de lo que era su familia y lo que representaba para él, sin embargo, reveló que fue un hombre que al final de su vida se encontraba muy solo.
“Terminó pensando solo, haciendo las cosas solo, y en medio de tanto poder, terminó solo. (…) Lo único que a Pablo Escobar le quedó en su vida al final fue su familia, por eso la última llamada que hizo fue esa”, dijo Santos en su entrevista.
La viuda de Pablo Escobar reflexionó sobre la posibilidad de volver atrás y decidir si casarse o no con el capo colombiano: “Yo conocí en él un ser humano maravilloso, muy amoroso, pero si me tengo que volver a casar con el hombre que terminó siendo, no me casaría”.
“Le diría que le pida perdón al mundo por todo el daño que le hizo, mucho perdón a Colombia. Todavía en lo más profundo de mi ser, no entiendo hasta dónde llegó esta locura. Que rece mucho por Colombia, que fue un país que yo quiero mucho y que desafortunadamente perdí para siempre”, sería el mensaje que le diría a Escobar si siguiera con vida.
Santos también habló de la posición de las esposas en el mundo del narcotráfico, pues considera que son mujeres que no tienen voz ni voto, y no están enteradas de los negocios de sus maridos.