Tanto el gobierno de Estados Unidos como la Organización de Estados Americanos (OEA) piden que se investigue las acusaciones de malversación de la ayuda humanitaria en la frontera de Colombia y que rindan cuentas quienes sean declarados culpables; pero mantienen intacto su apoyo al proceso de transición en Venezuela iniciado por Juan Guaidó.
Los aliados de los opositores en Washington han dicho a ABC que no aceptarán el intento del régimen y sus medios de propaganda afines de extender la culpa de este caso de corrupción a Guaidó.
Después de que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidiera «una investigación esclarecedora de los graves cargos» para «determinar responsabilidades y exigir rendición de cuentas», el presidente encargado Guaidó le encargó formalmente a su embajador en Colombia, Humberto Calderón, que indague sobre las acusaciones de apropiación indebida de la ayuda humanitaria por parte de los opositores Rossana Barrera y Kevin Rojas reveladas por el diario digital PanAm Post. Para la secretaría general de la OEA ese primer paso es adecuado y el único imperativo en este momento.
Ayer se vio aquí en Washington el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, con su homóloga en la Unión Europea, Federica Mogherini, y ambos hablaron en privado de Venezuela, entre otros asuntos de la agenda internacional. Desde el fracaso del pronunciamiento de Guaidó y Leopoldo López el 30 de abril la Casa Blanca ha optado por manejarse de forma mucho más discreta con respecto a la crisis venezolana, dejando de recurrir, como hacía, a la amenaza de una intervención armada si Maduro se perpetua en el poder.
Sin embargo, el secretario de Sanidad estadounidense, Alex Azar, dijo en un discurso pronunciado en la noche del lunes que Donald Trump mantiene su apoyo al cambio que lidera Guaidó, y dijo que las ofertas de ayuda humanitaria a los opositores y civiles represaliados por el régimen siguen en pie. «La Administración Trump ha aceptado el liderazgo ante este desafío, brindando más de 200 millones de dólares a las naciones vecinas de Venezuela, que albergan a un gran número de refugiados, y sigue preparada para ayudar a reconstruir el sistema sanitario venezolano cuando llegue el momento».
Transmisores de Moscú
Los medios de desinformación del Gobierno de Rusia, aliado del régimen de Nicolás Maduro, han enarbolado este caso de corrupción como la supuesta prueba de que toda la oposición es corrupta. Uno de los corresponsales en inglés de la cadena rusa RT dijo: «Son asociados del jefe del golpe [de Estado] Juan Guaidó quienes malversaron fondos recabados en Cúcuta, Colombia, para ayuda humanitaria y se lo gastaron en extravagancias en hoteles, discotecas y ropa cara».
Otros portales de información minoritaria, siempre transmisores del punto de vista ruso y a favor de Maduro, han defendido que este caso de corrupción es «una seria amenaza al futuro de Guaidó», según, por ejemplo, Mitt Press News. El canal propagandístico ruso en español RT ha ido más lejos y ha afirmado que «la supuesta corrupción de la oposición era para financiar actos de desestabilización desde Colombia». Según el diario PanAm Post el monto de la apropiación indebida estaría en torno a los «3.000.000 de pesos [815 euros] en hoteles colombianos y en discotecas, por noche» y «unos mil dólares [890 euros] en comida y bebida».
Según opina el opositor Pedro Mario Burelli, que fue director de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, «la investigación en curso, que precede la publicación de la denuncia en un portal de noticias, nos dirá la cuantía de lo malversado, pues parece que sí hubo manejo irregular de dineros, y permitirá establecer responsabilidades».
Cactus24 (19-06-2019)