Si te resulta irresistible no besar esos cachetitos robustos y suaves, entonces debes saber que al hacerlo estás poniendo en riesgo la salud de tu hijo, sobrino o nieto. Esta amorosa caricia puede portar, además de bacterias, el virus del herpes neonatal.
«Hasta el 67% de la población mundial está infectada con algunos de los dos tipos, VHS-1 y VHS-2 (Virus Herpes Simplex)», concluye una investigación de la Asociación Española de Pediatría.
¿Cómo afecta al bebé?
Para empezar, el herpes simple neonatal es una infección grave que si no se trata puede causar daños a largo plazo en el organismo del pequeño, por ello el Boston Children’s Hospital ofrece los primeros síntomas de la enfermedad:
Irritabilidad
Ampollas en cualquier parte de su cuerpo
Dificultad para respirar
Gruñidos
Apariencia azul
Respiración rápida
Ictericia
Sangrado
Además de los signos anteriores, este padecimiento se divide en tres categorías, a través de las cuales su peligro va cambiando.
Infecciones cutáneas localizadas: aparecen pequeñas ampollas con líquido alrededor de los ojos y la boca.
Encefalitis: se produce una inflamación en el cerebro que puede derivar en convulsiones.
Infección diseminada: el virus se propaga por todo el cuerpo y afecta múltiples órganos, como hígado, cerebro y pulmones.
En la mayoría de los casos es suficiente con ver las señales para que el médico determine el mejor tratamiento, pero si con ello no es suficiente es necesario que a tu bebé se le realicen los siguientes exámenes:
Cultivo de la piel
Cultivo de hisopo
Examen de orina
Prueba de sangre
En ocasiones el contagio se puede dar durante el embarazo, por lo que resulta importante que a lo largo todo este proceso no dejes de ir al doctor.
Cactus24 (18-06-2019)