El austríaco Niki Lauda, triple campeón del mundo de Fórmula Uno y uno de los iconos de este deporte en los años 1970 y 1980, falleció este lunes a los 70 años de edad, anunció su familia en un comunicado enviado en la madrugada del martes.
«Con gran dolor anunciamos que nuestro querido Niki ha fallecido apaciblemente el 20 de mayo de 2019, rodeado de su familia», señalaron los allegados del piloto y empresario, quien había cumplido los 70 años el pasado 22 de febrero.
Lauda se había sometido en verano de 2018 a un trasplante de pulmón que le obligó a estar hospitalizado varios meses.
En enero de este año tuvo que volver a ser internado a causa de una gripe que contrajo durante las navidades anteriores en Ibiza (España), donde el expiloto tenía su segunda residencia.
«Sus logros únicos como deportista y como empresario son y serán siempre inolvidables. Su dinamismo inagotable, su rectitud y su valentía serán un modelo y una referencia para todos nosotros», recordó su familia en la nota en la que anunciaba su muerte.
Lauda ya había sido sometido a sendos trasplantes de riñón en 1997 y 2015, en este último caso gracias a la donación del órgano por parte de su entonces novia y ahora viuda Birgit.
Como corredor fue unos de los pilotos más legendarios de la historia de la Fórmula 1, no solo por sus éxitos (campeón en 1975, 1977 y 1984), sino por el estilo de competir y su carácter fuera de los circuitos.
Nacido en el seno de una familia de empresarios del sector del papel, Lauda debutó en la Fórmula 1 en 1971 en la escudería March, pero dio el gran salto cuando fue fichado por Ferrari en 1974.
Solo un año después de debutar con la legendaria escudería ganó su primer campeonato de Fórmula 1.
El 1 de agosto de 1976 sufrió el mayor revés de su carrera deportiva y de su vida personal, al ser víctima de uno de los accidentes más recordados en el historia de la Fórmula 1.
Lauda sufrió en el Gran Premio de Alemania, que se corría entonces en el temido circuito del Nürburgring, graves quemaduras en la cara y en el cuerpo.
A pesar del dramatismo del accidente y la gravedad de sus lesiones, sobre todo en la cara y cabeza, el corredor volvió a competir seis semanas más tarde y solo un año después se proclamó por segunda vez campeón de Fórmula 1 con Ferrari.
En 1979 abandonó de forma repentina la competición automovilística con la legendaria frase de «estoy harto de dar estúpidas vueltas» en un coche y se volcó en sus planes de fundar una aerolínea privada, en un momento en el que este sector estaba por completo en manos de empresas estatales en Europa.
Tras fundar el híbrido de lo que iba a ser su primera aerolínea comercial, Lauda Air, volvió en 1981 a los circuitos, para conquistar en 1984 su tercer y último título de F-1.
Un año más tarde anunció su «adiós» definitivo de las carreras de coches y empezó su segunda carrera, la de empresario aeronáutico.
Lauda siguió estando hasta poco antes de su muerte muy vinculado al mundo del motor, ya fuera como relaciones públicas, asesor de Ferrari (1992-1997) o director de Jaguar y Mercedes.
Conocido desde siempre por ser una persona que le gustaba ahorrar, Lauda fue uno de los primeros actores del sector que puso en marcha planes de «low cost» en sus aerolíneas, sea en Lauda Air, o más tarde en Fly Niki o en los últimos años en Laudamotion, su tercer y último proyecto aeronáutico.
Esta forma austera de llevar sus empresas solía conducir a Lauda a conflictos con los sindicatos de sus compañías.
En su Austria natal, pero también en la vecina Alemania, donde estaba muy presenta en las televisiones, Lauda era legendario por sus ácidos análisis no solo del mundo de la F-1 sino de la vida política y social en general.
En 1996 el corredor publicó -conocido por llevar siempre una gorra de color rojo, que tapaba las cicatrices del accidente sufrido en 1976- una biografía titulada «La Tercera Vida».
En 2011 fue llevada al mundo del cine su histórica rivalidad en la F1 con el británico James Hunt con la película «Rush» y en 2015 publicó otro libro, titulado «Hablemos sobre dinero».
Ente 1976 y 1991 Lauda estuvo casado a Marlene Knaus (chilena de origen austríaco), con las que tuvo dos hijos Lukas (1979) y Mathias (1981), que se criaron en España.
Ese mismo año de la separación de su mujer, Lauda vivió el momento más duro de su carrera como empresario al estrellarse en Tailandia un Boeing 767 de su aerolínea Lauda Air a causa de un problema técnico, con 223 pasajeros a bordo, que perdieron la vida.
En 2004, Lauda empezó a salir con la austríaca Birgit Wetzinger, 30 años más joven que él y azafata en una de sus aerolíneas.
Un año más tarde, ella le donó un riñón, después de que dejara de funcionar el que le había donado en 1997 su hermano Florian.
En 2009, la pareja tuvo mellizos.
A pesar de la enorme fortuna que logró ganar en su vida -la prensa austríaca habla de hasta 500 millones de euros- nunca dejó de estar activo y con ganas de hacer negocios.
A finales de 2017 lanzó un nuevo proyecto aeronáutico al comprar los restos de la quebrada Air Berlin para fundar Laudamotion, su tercera y última línea aérea comercial, centrada en vuelos a Alemania, a España y otros destinos turísticos en el sur de Europa.
Apenas medio año más tarde, Lauda vendió esta nueva aerolínea al gigante del low cost europeo Ryanair, en una operación en la que el temerario corredor y empresario volvió a ganar millones de euros.
Sin embargo, pocas semanas después Niki Lauda tuvo que someterse al trasplante de pulmón, del que al final nunca logró a recuperarse del todo y que desembocó en su fallecimiento la pasada noche.
Ccatus24 21-05-19