El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró una emergencia nacional para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentan espiar a EE.UU., lo que podría impedir hacer negocios con la china Huawei.
El mandatario plasmó su decisión en una orden ejecutiva, que no se dirige contra ningún país en específico, pero se produce en plena tensión comercial entre Estados Unidos y China.
Específicamente, la iniciativa autoriza al Departamento de Comercio a bloquear los negocios relacionados con tecnologías desarrolladas por un «adversario extranjero» que puedan poner en peligro la seguridad de EE.UU. mediante el espionaje o el sabotaje de los servicios necesarios para el funcionamiento del país.
La orden ejecutiva no bloquea inmediatamente la compra del equipo de telecomunicaciones de ninguna compañía, pero da al secretario de Comercio, Wilbur Ross, 150 días para desarrollar un plan sobre cómo implementar la medida de Trump y establecer las prohibiciones, detallaron a la prensa a funcionarios estadounidenses.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, consideró que la decisión de Trump busca «proteger los servicios y tecnología de información y comunicación» de EE.UU.
«El presidente -afirmó- ha dejado claro que esta Administración hará lo que sea necesario para mantener a EE.UU. seguro y próspero, y para proteger a EE.UU. de los adversarios extranjeros que están explotando de manera activa y cada vez más las vulnerabilidades en la infraestructura y los servicios de tecnología de la información y las comunicaciones».
En la práctica, la orden ejecutiva de Trump agudiza la batalla por el control de las redes 5G.
EE.UU. lidera una campaña global para impedir que las compañías chinas, como Huawei, se hagan con el control de las redes 5G, que permiten navegar por internet con mucha más velocidad y podrían facilitar el desarrollo de vehículos autónomos y técnicas para hacer cirugía por control remoto.
Huawei ha conseguido situarse a la cabeza del desarrollo de la tecnología 5G, algo que EE.UU. ve con preocupación porque teme que China aproveche esos sistemas para el espionaje.